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MUGER.


La muger es hecha especialmente para agradar al hombre; y si este á su vez debe también agradar á ella, esto es de una necesidad menos directa: el mérito del hombre consiste en su poder: por solo ser fuerte, agrada. Esta no es la ley del amor, convengo en ello; pero es la de la naturaleza, anterior al amor mismo.

La rigidez de los deberes relativos de ámbos sexos no es ni puede ser la misma; y cuando la muger se queja sobre esto de la injusta desigualdad establecida por el hombre, no tiene razon: esta desigualdad no es una institucion humana, ó á lo menos no es obra de la preocupacion, sino de la razon: á aquel de los dos á quien la naturaleza ha confiado el depósito de los hijos, toca responder de ellos al otro. Sin duda que á nadie es lícito violar su fé, y todo marido infiel que priva á su muger del único premio de los austeros deberes de su sexo, es un hombre injusto y bárbaro; pero la muger infiel hace mas: disuelve la familia y rompe todos los vínculos de la naturaleza; dando al hombre