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LA CARCEL Y LOS DETENIDOS
La cárcel ne debe acarrear sufri-
miento alguno ni privacion que no
sea indispensable, ni mucho menos
influir morarmente.
Allí en la ancha plaza do encumbra su frente,
Velado entre sombras, el templo inmortal,
Allí la morada se eleva, al Oriente,
Del hombre que sigue la senda del mal.
Pavor pone el verla de noche pasando
Al trémulo rayo de pálida luz;
Parece en el techo fantasma posando
Mirar con escarnio de Cristo la cruz.