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no ser así, no te explicarías. El ha consentido; pero me he visto obligada a escribir en su presencia, y he tenido buen cuidado de no ser demasiado explícita en mi carta.

Así han ocurrido las cosas. No te oculto nada, ni de mi conducta, ni de mis propósitos. La muchacha vino; yo la encontré bonita, y como tenía la seguridad de que había de dolerte mi ausencia, deseaba sinceramente que sirviera para distraerte un rato, pues la fidelidad que yo quiero de ti es la del corazón. Hubiera preferido poder enviarte a Marceio; pero no he podido disponer de un momento para advertirle de lo que había de decirte." Terminó su relato contándome la contrariedad que le había causado a G M recibir la carta de T. "Ha dudado—me dijo—si debía dejarme, y me ha asegurado que no tardaría en volver; esta es la causa de que esté inquieta al verte aquí y de que me haya sorprendido tu llegada." Escuché todo aquel discurso con mucha paciencia. En él había muchos conceptos crueles y mortificantes para mí; tan clara era su intención de serme infiel, que ni se había molestado en disfrazarlo. Ella no podía suponer que G M la dejase toda la noche como una vestal. Luego era seguro que pensaba pasarla con él. ¡Qué confesión para un amante! Consideré, sin embargo, que, en parte, yo era culpable de su falta por haberle noticiado las intenciones de G M y por mi complacencia en entrar ciegamente en el plan temerario de su aventura. Además, por una dispoSally by