Página:Prevost - Manon Lescaut (1919).pdf/187

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
185
 

tad de Manon, remitiendo el resto al logro de esta importante empresa.

Me quedaba poco dinero, y esta era, sin embargo, una base necesaria, por la que había que empezar. No veía sino tres personas que pudiesen proporcionármelo: T, mi padre y Tibergo. De los dos últimos era poco probable que lograra algo, y me avergonzaba molestar al otro con mis importunidades. Pero cuando se está desesperado no se guardan muchas consideraciones. Dirigíme inmediatamente al seminario de San Sulpicio, sin preocuparme de si me reconocerían. Mandé llamar a Tibergo. Sus primeras palabras me dieron a entender que aún ignoraba mis últimas aventuras.

Aquello me hizo cambiar la intención que llevaba de enternecerle inspirándole lástima. Le hablé, en términos generales, del placer que había tenido en tornar a ver a mi padre, y luego le pedí que me prestara algún dinero, so pretexto de pagar, antes de mi marcha de París, algunas deudas que yo deseaba permaneciesen desconocidas. En seguida me entregó su bolsa. Tomé quinientos francos de los seiscientos que había en ella. Le ofrecí un ecibo; era demasiado generoso para aceptarlo.

— De allí me fuí a casa de T. Con él no guardé reserva alguna. Le expuse mis desdichas y mis penas; ya conocía hasta las menores circunstancias, porque había seguido con interés la aventura del joven G M. A pesar de ello, me escuchó y me compadeció mucho. Cuando le pedí consejo sobre los medios de que podría valerme para iby