Página:Prevost - Manon Lescaut (1919).pdf/202

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
200
 

dades insoportables, sobre todo para una muchacha delicada, que tiene costumbre de una vida cómoda y abundante. Estaba rabioso de haber agotado inútilmente mis recursos y de que el poco dinero que me quedaba estuviese a punto de desaparecer por la pillería de los arqueros.

Comprendía que con una cantidad no muy grande hubiera podido esperar, no sólo sostenerme algún tiempo en América, donde el dinero es raro, sino hasta haber acometido alguna empresa para establecerme definitivamente.

Esta consideración me sugirió la idea de escribir a Tibergo, a quien tan dispuesto encontré siempre para brindarme la ayuda de su amistad.

Escribí desde el primer pueblo que cruzamos. No le comunicaba más que la necesidad apremiante de dinero que tendría al llegar al Havre, donde le confesaba que había ido acompañando a Manon.

Le pedía cien pistolas. "Enviádmelas al Havre—le decía por el administrador de Correos. Considerad que es la última vez que acudo a vuestro afecto, y que, quitándome para siempre a mi desgraciada amante, no puedo dejarla marchar sin algún alivio que dulcifique su suerte y mis mortales remordimientos." Los arqueros se pusieron tan intratables cuando llegaron a descubrir la violencia de mi pasión, que duplicando constantemente el precio de sus más ínfimos favores, me redujeron pronto a la mayor indigencia. El amor, de otra parte, no me permitía andar con miramientos en el dinero. De Sinally