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su modo de pensar que quizá intentase aprovecharse de ella, sacándola de entre mis manos o, cuando menos, aconsejarla que me abandonase para unirse a un amante más rico y más afortunado.

Me hice mil reflexiones que sólo sirvieron para atormentarme y renovar la desesperación de por la mañana. Varias veces se me ocurrió escribir a mi padre, fingiendo una nueva conversión, para conseguir algún auxilio pecuniario; pero en seguida recordé que, a pesar de su bondad, me tuvo encerrado seis meses por mi falta primera, y estaba seguro de que, después del efecto que le debió causar mi fuga de San Sulpicio, me trataría con mucho más rigor.

Esta confusión de ideas me sugirió otra que devolvió súbitamente la calma a mi espíritu, asombrándome de que no se me hubiese ocurrido antes, y fué recurrir a mi amigo Tibergo, en el cual estaba bien seguro de hallar siempre el mismo fondo de interés y de cariño. No hay nada más admirable ní más honroso para la virtud que la confianza con que uno se dirige a las personas cuya probidad conoce. Siente el espíritu alejada toda idea de riesgo, pues si no están siempre en situación de ayudaros, por lo menos podéis tener la seguridad de que obtendréis de ellos bondad y compasión. El corazón, que se cierra con tanto cuidado al resto de los hombres, se abre naturalmente en su presencia, como una flor a la luz del sol, del cual espera una dulce influencia.

Consideraba como un efecto de la protección diDolly by