Página:Prevost - Manon Lescaut (1919).pdf/87

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
85
 

tener las costumbres de París; pero esperamos que las adquiera con el uso. Tendrás el honor de ver al señor aquí con alguna frecuencia—añadió volviéndose a mí; aprovecha tan buen modelo." El viejo amante pareció complacido al verme.

Me dió dos o tres palmaditas en la mejilla, diciéndome que era un guapo mozo, pero que debía estar muy alerta en París, donde se pierden fácilmente los jóvenes. Lescaut le aseguró que yo era por naturaleza tan formal, que sólo hablaba de ordenarme sacerdote, y que mi única diversión consistía en hacer capillas. "Se parece algo a Manon", repuso el viejo, tomándome por la barbilla con la mano. Yo respondí con un aire sencillo: "Es que nuestras dos carnes se tocan muy de cerca; por eso yo quiero a mi hermana como si fuese otro yo." "Le ofs?—dijo a Lescaut—. Tiene talento. Es lástima que este niño no tenga un poco más de mundo." "Bah!, señor—repuse—, yo he visto muchos en las iglesias, y creo que en París también los habrá más tontos que yo." "Esto es admirable para un niño provinciano", añadió el viejo.

Nuestra conversación fué, sobre poco más o menos, del mismo tono durante la cena. Manon, que tenía buen humor, estuvo a punto de echarlo a perder todo dos o tres veces con sus carcajadas.

Mientras comíamos hallé el modo de contarle su propia historia y la suerte infeliz que le esperaba.

Lescaut y su hermana temblaban mientras duró mi relación, sobre todo cuando trazaba tan al vivo Sal by CTOC