Página:Psicología, docencia e investigación II.djvu/69

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Kraft). La satisfacción o goce pulsïional es lo que surge del circuito mismo de la pulsión, circuito que bordea la carencia que define el lugar del objeto y de esa manera, con esta base, es fundamental sostenerque la pulsión sexual no es una suerte de tiroal blanco o un modo de caza cuyo objetivo es atrapar a la presa. Se sabe que el ser humano ama más la caza que la presa e incluso puede organizar la caza más excitante, la de la presa imposible, la piedra ■losofal, el saber absoluto, la dama del amor cortés.‘ La tesis más revulsiva, decíamos, está referida a esta carencia inherente ala estructura de la pulsión sexual, la cual determina que cualquier objeto que se recorta como objeto del deseosea un señuelo que inevitablemente producirá lo que Freud denominaba la distancia entre el placeresperado y el placer encontrado: el placer encontrado nunca coincide con el placer esperado, fórmula que Lacan retoma con la expresión «no es eso». Llegamos así a un enunciado ético fundamental en la teoría freudiana: la ’ distancia entre el placer esperado y el placer encontrado implica una tensión sostenida que llamamos deseo y este deseo es indestructible (término freudiano de la última frase de Die Traumdeutung) ya que en la naturaleza misma dela pulsión sexual se encuentra una incompatibilidad entre ella y la plena satisfacción. Esta plena satisfacción no existe ya que supondría la adecuación de un objeto para un sujeto autónomo. El psicoanálisis cuestiona la categoría de sujeto autónomo (y esto ya lo relacionamos de algún modo en lo que llamamos el primer aspecto del descubrimiento, es decir, la tesis de la existencia del inconciente) y también cuestiona la categoría de objeto adecuado para la satisfacción.. «Ser psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante lo evidencia de que nada es más disparatado que la realidad humana. Si creen tener un yo bien adaptado, razonable, que sabe navegar, reconocerlo que debe y lo que no debe hacer, tener en cuenta las realidades, sólo queda apartarlos de aquí», a■rma Lacan en el Seminario III: Las psicosis. Lacan sigue sus re■exiones de esta manera: «El psicoanálisis, coincide al respecto con la experiencia común, muestra queno hay nada más necio que un destino humano, o sea, que siempre somos embarcados. gAún cuando tenemos éxito en algo que hacemos, precisamente no es eso lo que queríamos» .5 75 ya que la pulsión, por su estructura misma, es una fuerza constante (konstante