Página:Psicología, docencia e investigación II.djvu/72

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un imperativo moral ya que sólo puede darlugara máximas subjetivas (loque es objeto de bienestar para unos puede no serlo para otros y así no pueden fundar la universalidad de la ley ética). La ley formal kantiana, vaciada de los objetos de la sensibilidad («objetos patológicos» de Kant), es un imperativo categórico quejno tiene un ■n sino que implica la confonnidad de la acción con la ley (aunque esa conformidad nunca sea alcanzada en forma completa). Como la ley nunca es satisfecha, en ese punto la tesis kantiana permite relacionarla con el concepto freudiano de superyó como ley insaciable, obscena y feroz. En el texto de Hannah Arendt llamado Eichmann en Jerusalem‘ la autora se interroga sobre la ética de Eichmann: «Eichmann actuaba en todo lo que él hacía, como un ciudadano que respetaba la ley. El hacía su deber... El obedecía a las órdenes pero también a la ley». En el curso del interrogatorio de la policía, Eichmann declaróque él había vivido toda su vida según los preceptos morales de Kant y particularmente según la de■nición que da Kant del deber. El juez Raveh, intrigado e indignado de que Eichmann osaba mencionar el nombre de Kant en el contexto de sus crímenes, decidió interrogar al acusado. Para el estupor general, Eichmann produjo una de■nición aproximada, pero correcta, del imperativo categórico: «Yo quería decir, a propósito de Kant, que el principio de mi voluntad debe ser siempre tal que pueda devenir el principio de leyesgenerales (...)». interrogado más ampliamente, Eichmann agregó que había leído la Crítica de la Razón práctica.“ ¿Esta adaptación conserva algo de Kant?, se pregunta la autora mencionada. Si: la idea de que el hombre debe no sólo obedecer a la ley sino que él debe «identi■car su propia voluntad al principio de la ley, a la fuente de toda ley». La contracara de Kant, y al mismo tiempo la enunciación de su verdad, es el marqués de Sade: en ambos se trata del respeto a la ley (la ley de la moralidad en Kant y la ley de la inmoralidad en Sade). Sade acostumbraba referirse a la necesidad de actuar en fonna apática, sin compasiones debilitantes, en conformidad con el «Sersupremo en maldad», todo lo cual le permitió al marqués decir esta siniestra frase: «Yo no soy inmoral porsentimiento sino por sistema». En el psicoanálisis, en cambio, n_o hay posibilidad en materia ética de enunciar 78 el hombre es, según Kant, sensibilidad y razón, el objeto del deseo no puede ser