ganda : sacrifican todo á las noticias más ó menos picantes, que les es preciso desenterrar ó inventar en caso necesario. Las gentes fatigadas quizá del duro batallar de una existencia que se torna día á día más difícil, quieren reposar la preocupada imaginación, con lectura fácil, corta, juguetona, chispeante, sin desdeñar la noticia escandalosa si está brillantemente redactada : — cuando más lee los telegramas y la sección de la Bolsa — ¿qué lugar queda para la crítica inteligente de los hombres y de los libros ?
Por otra parte, aquí no hay — con excepción de rarísimos ejemplos — editores que puedan llamarse propiamente así, es decir, que conciban tal ó cual empresa, encarguen á tal ó cual escritor haga un libro ó artículo en determinado sentido, le paguen su trabajo, lo impriman, lo hagan circular y lo coloquen ventajosamente. Sólo así recibiría verdadero impulso la literatura nacional, pues el trabajo intelectual, trabajo difícil si lo hay y que requiere considerable capital de conocimientos anteriores, — sólo así, repito, ese trabajo sería remunerado y estimulado, y recién entonces podría existir entre nosotros la profesión del "hombre de letras”, que vive de su pluma y de su saber. En otros países, los escritores hacen vida de tales, estudiando continuamente, y escribiendo con ardor : porque ganan por ese medio ho-