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hora fija volvía á su casa; como pertenecía á un médico y todos lo conocían ya, no le hacian daño alguno.

Después de una lluvia, los Cuervos saben posarse sobre los árboles secos y aislados en donde pasan largos ratos con las alas abiertas para secarse, cambiando de frente, de tiempo en tiempo, sin cerrarlas.

El Cuervo es un animal repugnante y fúnebre. Cuando se vé sobre los árboles secos y cerca de un animal muerto, alguien los llamó pintorescamente «candelabros de la muerte;» pero cuando se ven tranquilamente posados en medio de un pueblo y se pesan sus buenas cualidades, la aversion desaparece, tornándose en simpatía protectora, tanto, que ni los niños, tan inclinados al mal por naturaleza, los persiguen, ni molestan, como sucede con las otras aves que desgraciadamente pagan un fuerte tributo de víctimas á las pedradas y hondazos infantiles [1].

Los Indios tambien los respetan y eso que no son muy delicados en la elección de sus manjares.

Protejamos á los Cuervos negros, cuyos formidables estómagos nos libran de millones de microbios


III.—Sobre las Vizcachas (Lagostomus trichodactvlus, Brookes).


Observaciones sobre sus costumbres—Entre nuestros mamíferos, uno de los más dignos de estudio y observacion, es la Vizcacha, verdadera calamidad y azote de muchos campos.

Su dispersion geográfica en la República es grande, y puede decirse que este dañino animal ha sentado sus reales en casi una quinta parte de su territorio, talando los campos y consumiendo una cantidad de alimentos vegetales igual á la décima parte del que consumen todas las haciendas reunidas, sin contar con el campo que talan al rededor dé sus cuevas, el que, sumado, representa una cifra respe-

  1. En la ciudad de Lima, los Cuervos negros ó Gallinazos son los encargados de la limpieza pública; todas las basuras animales se arrojan á las calles donde son devoradas prontamente por ellos. La ley tambien los proteje, aplicándose una multa de diez pesos plata al que mate á un Gallinazo.