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de modo que los indios no debían tener mucha fé en esta ancla de salvacion.

Don Patricio Gamon me ha referido tambien que hasta en su tiempo, ahora unos cuarenta y cinco años, se había conservado esa leyenda entre los habitantes de allí, de modo que una vez se vió en sérios apuros para poder seguir mas adelante, en una expedicion de carácter militar, porque, al llegar al salto del arroyo Nacunday, los indios que lo acompañaban no querían continuar viaje y se excusaban gritando:

El Ahó-ahó!

El Ahó-ahó!


V.—El Pombéro ó Cuarahú-Yára.


(Dueño del Sol).


Según me ha comunicado el señor Agrimensor Nacional Juan Queirel, en algunas partes de Corrientes tienen la leyenda del Cuarahú-Yára (dueño del Sol) ó Pombéro, que no es, á mi modo de ver, sinó una modificación de la del Yasy-Yateré, como la Caá-pora lo es de la Caá-Yarí. El

Pombéro ó Cuarahú-Yára es un hombre alto y delgado, que lleva un grandísimo sombrero de paja, y una caña en la mano, y así recorre los bosques á la siesta, cuidando de todos los pájaros, pues es su protector.

Si á esa hora halla muchachos entretenidos en cazarlos, los arrebata y se los lleva; de modo que las criaturas, por temor de él, no se alejan de los ranchos, y sus padres pueden dormir tranquilamente la siesta, sin cuidado de que nada les suceda.




PIEDRAS CON LEYENDA.




VI.—La Piedra de Itá-Cuá.


(Cueva de Piedra).

Muy cerca de la ciudad de Posadas, en la costa paraguaya, sobre el Alto Paraná, se levantan unas rocas á pocos metros de la orilla.

Son las piedras de Itá-Cuá (Cueva de Piedra).