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Mucha extrañeza causó mi pregunta sobre una cosa tan sabida por allí, y á fuerza de instancias, conseguí se me diera la siguiente explicacion:

El ser lobisome es condicion fatal del séptimo hijo varon seguido, y si es la séptima hija mujer seguida, será en vez bruja.

El lobisome es la metamórfosis que sufre el varon en un animal parecido al perro y al chancho, con grandes orejas que le tapan la cara, y con las que produce un ruido especial. Su color varía en bayo ó negro, segun sea el individuo blanco ó negro.

Todos los Viernes, á las 12 de la noche, que es cuando se produce esta transformacion, sale el lobisome para dirigirse á los estercoleros y gallineros donde come excrementos de toda clase, que constituyen su principal alimento, como tambien las criaturas aun no bautizadas.

En estas correrías sostiene formidables combates con los perros, que, á pesar de su destreza, nunca pueden hacerle nada, pues el lobisome los aterroriza con el ruido producido por sus grandes orejas.

Si alguno de noche encontrase al lobisome y sin conocerlo lo hiriese, inmediatamente cesaría el encanto y recobraría su apariencia de hombre, manifestándole, en medio de las mas vivas protestas, su profunda gratitud por haber hecho desaparecer la fatalidad que pesaba sobre él.

La gratitud del lobisome redimido es, sin embargo, de las mas funestas consecuencias, pues tratará de exterminar, por todos los medios posibles, á su bienhechor. De modo que, lo mejor, cuando se le encuentra, es matarlo sin exponerse á agradecimientos tan desagradecidos.

El individuo que es lobisome, por lo general es delgado, alto, de mal color y enfermo del estómago, pues dicen que, dada su alimentacion, es consiguiente esta afeccion, y todos los sábados tiene que guardar cama forzosamente, como resultado de las aventuras de la noche pasada.

Esta creencia ridícula está tan arraigada entre alguna de esa gente, que no sólo aseguran haberlo visto, sino que tambien, con gran misterio, señalan al individuo sindicado de lobisome, mostrándolo con recelo y haciendo de ese hombre una especie de pária.

He creído haber encontrado, hasta cierto punto, una de las causas de esta leyenda. Me refiero al siguiente caso:

Hallándome en la provincia de Rio Grande, muy cerca de la Colonia Militar Brasilera del Alto Uruguay, alojado de noche, en un rancho, uno de los peones que salió vino al rato todo asustado, diciendo que andaba el lobisome en los alrededores. Deseoso de contemplar esta maravilla, salimos, encontrándonos con un perro bayo, flaco y medio muerto de hambre, que buscaba su alimento donde poco antes había estado el peon.