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coloca el todo en un trapito, en el remate del lazo, donde se ata la argolla.


Para no cansarse cuando trabajan con el hacha: Los peones usan mucho llevar, dentro de un canutito de tacuara, un pedacito de piedra imán, á la que dan de cuando en cuando para alimentarla pequeños fragmentos de agujas, creyendo que el imán les da mayor fuerza y resistencia.

Algunos domadores usan tambien la misma piedra en el bolsillo izquierdo del pantalón, creyendo que, al montar el caballo, pasándole esa pierna sobre él, el imán lo domina.


Mal viaje: Muy raros son los troperos de por allí que hacen fuego en un fogón antiguo; todos creen que eso les traerá un mal viaje.

Igual creencia tienen si matan una víbora.


Contra los tigres: Una noche, hallándonos acampados en la costa de un arroyo, mientras hacíamos la cruzada desde el Alto Uruguay al Alto Paraná, por la Picada de Paggi á Piray-Guazú, observé con extrañeza que mi tropero (brasilero) ponía cuatro tizones encendidos en el suelo, en forma de cruz, y orinaba sobre ellos; luego tomó uno por uno y diciendo ciertas palabras que no pude distinguir, tiró uno á cada viento.

Interrogándolo respecto de su curiosa práctica, me respondió que era para que no se nos acercasen los tigres; pues aquel conjuro era muy eficaz.

Otro de los peones que iba con nosotros, brasilero también, llevaba sobre el pecho un tremendo escapulario que, según él, le había salvado la vida, y á propósito me refirió lo siguiente:

Hallábase mi peon (Marquez, así se llamaba) zapecando [1] yerba, cuando sintió que el escapulario le golpeaba tres veces en el pecho; sobresaltado se dió vuelta y vió cerca de él un tigre en actitud de saltarlo.

Asustado, le tiró con un tizon y salió disparando á gritos; sus compañeros acudieron, y dando sobre el rastro con los perros, se internaron en el monte, no sin antes prohibirle á Marquez que los siguiera, pues como se hallaba con escapulario no darían con el tigre; tiene aquel la virtud de ahuyentar las fieras.

Lo sucedido con Marquez es explicable: el tigre, cuando está por saltar á su víctima, produce un ruido cartilaginoso

  1. Zapecar yerba es un término de los yerbateros brasileros que indica la primera operacion que sufre la hoja después de cortada del árbol y que se reduce á chamuscarla ligeramente sobre un gran fuego que se hace allí cerca.

    En los yerbales paraguayos á esto llámase overear la yerba.