Ir al contenido

Página:Revista del Jardín Zoológico de Buenos Ayres (Tomo I. Entrega VII, pp. 193-224).pdf/16

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
— 207 —

manos, exceptuando el Zorro, por tener gusto amargo, y las Gallaretas, cuya carne es tan dura, que resiste á los dientes mejor predispuestos por el hambre.

No he observado que los Pampas actuales se hayan ocupado de pescar. Pero, en sitios que ellos habitaron en otra tiempo, se encuentran abundantes restos de pescados y de conchas, junto con cáscaras de huevos de toda clase de Aves, desde los de Avestruz, hasta los de las pequeñas. En los mismos sitios he hallado una plancha de piedra arenisca, de la misma clase que existe en las orillas del Río Negro, hasta en el pueblo del Cármen de Patagones, que había servido para moler granos, ú otras cosas (sin duda maíz, en épocas recientes)—(Morteros).

La Naturaleza no ha sido, con sus comarcas, pródiga en frutas. Existen, sin embargo, las del Piquillín (Condalia sp.), las de las Tunas (Cactáceas-gr. Opuntiæ) y si se quiere, tambien las del Chañar (Gourliæa decorticans), aunque estas últimas son poco aptas para ser comidas, en atencion á su extremada astringencia, &.

En un pueblo que, como los Pampas, se mantiene de la caza, no hay que buscar horas fijas para sus comidas; pero ántes, como ahora, para la principal, eran las primeras de la noche, cuando los hombres habían traído al rancho sus presas.

Entre los platos cuya excelencia me alababan, no solamente figuraba el asado con cuero, sinó tambien uno especial, que obtenían del modo siguiente: en una excavacion bastante grande para que pudiera entrar en ella la res que se quería asar, se hacía un fuerte fuego, en el que se calentaba cierta cantidad de piedras; cuando juzgaban que el calor era suficiente, sacaban del hoyo fuego y piedras y colocaban en él la res con el vientre lleno de hojas de cierta planta (probablemente aromática) y de las piedras enrojecidas al fuego, tapando despues todo el animal con brasas, piedras y ceniza.

Cuando carnean hoy una res, tienen cuidado de no desperdiciar nada. Al carnear, usan de un procedimiento cuyo fin consiste en llenar los pulmones de sangre, para obtener así cierto plato especial. Naturalmente, la Sociedad Protectora no daría su beneplácito para la fabricacion de estas morcillas particulares, al ultimar sus protegidos.

Para condimentar sus manjares usan ciertas plantas silvestres, entre otras el tomillo.

Cuando pueden, cultivan gran cantidad de zapallos (Cucurbita) que comen asados; pero preparan tambien orejones con ellos, para conservarlos, como así mismo fabrican charqui con la carne.

Son muy aficionados á las sandías, y, en general, á todo lo que es dulce.