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echan sapos vivos y si sale alguno en el balde, cuando extraen agua, lo vuelven á echar, porque dicen que son ellos los que cavan las vertientes.


Para que llueva—En la Provincia de San Luis cuelgan de un árbol ó de un palo cualquiera, al exterior, un sapo vivo, de una pata.

En Entre Ríos, en vez, hacen una cruz de ceniza en el suelo y sobre ella estaquean un sapo vivo con la barriga hacia arriba, clavándolo además con cuatro espinas de naranjo para que haga llover.

Además, es crencia general que, cuando los sapos salen y forman círculos y gritan, es signo de lluvia, pues piden agua.

Estoy seguro de que el sapo tiene muchas más aplicaciones en las creencias, supersticiones, veterinaria y clínica campestre, que he de reunir para publicarlas, como complemento de este pequeño trabajo, fruto principalmente de los ócios del fogon, durante mi último viaje á la Pampa Central.


II—VETERINARIA CAMPESTRE.

En nuestra campaña inmensa, y en su mayor parte dedicada á la industria pastoril, el caballo es el brazo derecho del paisano, pues sin él no podría llevar á cabo los variados trabajos de campo, ni franquear, como lo hace constantemente, las grandes distancias que separan un punto de otro.

Así, pues, nuestro hombre de campo tiene un gran cariño y verdadera pasion por los caballos propios, los cuales cuida y trata de curar, cuando se le enferman, con los procedimientos y remedios tradicionales, en general bárbaros casi todos, mezclados con prácticas de supersticion pura, y á los cuales tienen mucha fé.

Los veterinarios rurales generalmente se hallan en casi todos los distritos de campaña, y son, casi siempre, personas de edad. Les atribuyen cualidades curativas superiores, y en algunos puntos pueden tambien ser del sexo