Otros les dan un buen galope y luego se bajan del caballo y producen con la boca el sonido característico de expeler gases intestinales.
Otros hacen lo mismo y al llegar á su casa le colocan ají en el pene.
Tambien acostumbran atarle bien fuerte, con cerdas, el tronco de la cola, con dos vueltas, y luego dejan al animal á soga larga, sin darle agua ni qué comer hasta que orine.
Parecido al anterior es el dejarlos á soga larga en un corral de ovejas, porque dicen que el olor amoniacal que despiden los excrementos del suelo los hace orinar.
Además usan tambien el pasar las orejas con una aguja con hilo y dejar este último atado allí, ó el hacerle oler un trapo de camisa masculina (falda).
En donde entra la supersticion es en el siguiente: dan un gran galope al caballo y luego le pasan por la barriga, en cruz, tres veces, el talero, ó una mano de mortero; otros, en vez de pasarlo en cruz, lo tiran simplemente al otro lado, tres veces, por debajo del animal que está de pié, esto es, lo tiran así de un lado á otro, pasan á éste y repiten.
Otros remedios son:
Rayar las orejas del lado de adentro con la punta del lomo del cuchillo, ó batirle las berijas con ortiga; zahumarlos con lana negra, ó hacerles oler un lienzo súcio de cocina.
Como se vé, la clínica de esta enfermedad es muy variada y curiosa; sólo tiene un inconveniente y es que á los pacientes no han de agradar mucho estos tratamientos.
Mal de chucho—Esta enfermedad que presenta como síntoma principal aquel cuyo nombre encabeza este párrafo, ataca principalmente á los caballos en las sierras de San Luis, y el remedio que emplean para ella es ponerles un pedazo de tabaco negro en la coscoja del freno.
Tambien usan el ahumarlos con un trapo y rajarles las orejas; pero el remedio principal es el primero.
Empacho—Suele ser á veces frecuente en los terneros de las tamberas y es debido á que los animales, muertos de hambre, comen y tragan muchas cosas en vez de la leche