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Pero la supersticion así lo ha querido, y cuando la gallina canta como gallo, ó el gallo canta entre las 8 y 10 de la noche, siendo sus cantos impares, ó antes de entrarse el sol tres veces canta, una nube pasa por la frente del paisano, y, con suprema angustia, reprimida por el fatalismo tan comun en él, se pregunta con inquietud, vislumbrando una desgracia: ¿Qué sucederá?


El Basilisco—Este ser fantástico puede decirse que es compañero del otro, tambien fantástico, La Culebrilla. Los paisanos, sobre todo las mujeres, le temen mucho, puesto que creen que es la causa de muchos males, sobre todo del daño.

El orígen de la supersticion del Basilisco es evidentemente europeo; pero en la Campaña se ha cambiado mucho en cuanto á sus efectos y modo de aparecer.

Las gallinas viejas, algunas espolonadas ya, son las sindicadas de poner los huevos de los cuales nace este terrible animal.

Los huevos de Basilisco son los que se llaman vulgarmente hueros, es decir, sin yema, y cuando sospechan de alguno, lo entierran profundamente, apisonando la tierra á intérvalos y haciendo sobre ella una cruz con un palito ó cuchillo.

Si en alguna nidada encuentran por casualidad un huevo vacío, creen que de allí ha salido el Basilisco, y se lanzan á buscarlo; excusado es decir que cualquiera larva ú otro pequeño animal, que encuentren por las inmediaciones, y que no conozcan, es inmediatamente arrojado al fuego sin más trámite.

El Basilisco, según los paisanos, tiene la forma de una pequeña viborita que posee un solo ojo en la frente, con el que mira á las personas, dañándolas con su mirada.

Una vez salido del huevo este animal, trata de entrar en el rancho, escondiéndose en las paredes ó techo, y desde allí ejerce su accion maléfica.

Este animal fantástico, tal cual lo forja la imaginacion campestre, tiene, cosa muy curiosa, un símil, en la Naturaleza, completamente inofensivo, y es la larva de una mariposa crepuscular (Sphingidae) Phillampelus Labruscae, llamada vulgarmente bicho de parra, la que posee en la

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