Revista Médica, donde consigne el fruto de mi esperiencia i los conocimientos que yo he adquirido en mi patria.
Aunque mis principios en medicina son, Exmo. Sr., los que descubrió i enseñó el inmortal Samuel Hahnneman i mi práctica sea casi exclusivamente homeopática, sé tambien que desde Hipócrates a nuestros dias han exisitido varones ilustres, que han consagrado su vida al alivio de la humanidad doliente, dejando huellas imperecederas en monumentos inmortales, que ahora i siempre serán consultados con provecho para los enfermos. Esta creencia en el bien que han hecho nuestros antepasados i el que puede hacerse en muchos casos, siguiendo sus aplicaciones, me dá una tolerancia sin límites hácia mis com-profesores, que rechazan la homeopatía sir conocerla i hácia los enfermos que sufren o se dejan morir de algunas dolencias que fácilmente podrian curarse con mis remedios.
Mi Revista Médica será un periódico ecléctico en este ramo de los conocimientos humanos, aunque daré mas importancia a la homeopatía, ya porque la tiene sobre los demas sistemas, ya porque así lo juzgo conveniente para que la vayan conociendo los que todavia la ignoran.
Si la Homeopatía es una verdad teórico-práctica, ya lo iremos viendo en este i en los números sucesivos.
Por de pronto permítame V. E. que consigne aquí algunos casos qué no pueden dejar duda alguna.
La tos convulsiva la llevó una ama de leche al seno de vuestra familia, transmitiéndola a vuestro hijo que solo tenia veinte i tres dias, i éste a su madre. La tos examinada por mí al ama, al niño i a la madre, tenia un mismo carácter; su timbre, su intensidad, su repeticion por accessos violentos, hasta cortar la respiracion en las tres perso-
