Página:Ruy Blas. Drama de Victor Hugo (trad. B. Mitre).pdf/16

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 16 —

de los ojos; aquéllas, el placer del corazón; los últi­mos, el placer de la imaginación. De aquí, tres es­pecies de obras bien distintas en nuestra escena; la una vulgar é inferior; las otras dos, ilustres y supe­riores; pero todas las cuales satisfacen igualmente una necesidad: el melodrama para la multitud; para las mujeres la tragedia que analiza la pasión; para los pensadores la comedia que pinta á la humanidad.

Diremos de paso, que no pretendemos establecer nada rigorosamente, y rogamos al lector que ponga en nuestra mente las restricciones que la materia pueda contener. Las generalidades admiten siem­pre excepciones. Bien sabemos que la multitud es una gran cosa, en la cual se encuentra todo: así el instinto de lo bello como el gusto de lo mediocre; así el amor del ideal como el apetito del vulgo; y que todo pensador completo, debe ser una mujer en cuanto á los sentimientos delicados del corazón, sin ignorar que, gracias á esa ley que liga un sexo al otro, ya por el espíritu, ya por el cuerpo, con fre­cuencia en una mujer existe un pensador. Esto sen­tado, y después de suplicar al lector que no dé un sentido absoluto á las palabras que nos restan por decir, continuaremos.

Para todo hombre que fije una mirada atenta so­bre las tres especies de espectadores de que acaba­mos de hablar, es evidente, que las tres tienen su razón de ser. Las mujeres tienen razón en querer ser conmovidas; los pensadores tienen razón en que­rer ser enseñados; no le falta á la multitud cuando