Troitskoie; durante el asalto, los campesinos, que no pertenecían a la banda, mataron al alcalde e incendiaron la Alcaldía, lo que ocasionó un fuego terrible que consumió casi toda la aldea.
La banda de Yegulev devastó por completo y prendió fuego a dos propiedades señoriales; mató al propietario y a su hermano, a quienes encontró escondidos en el bosque, y ahorcó al administrador en la puerta cochera. Por último, la banda saqueó una taberna; los campesinos aprovecharon la ocasión para emborracharse, y prendieron fuego a la casa; lo que, igualmente, provocó el incendio de casi toda la aldea.
No se sabía con exactitud cuáles de aquellos crímenes y pillajes eran cometidos por orden de Yegulev. Algunos actos, sin duda, se cometieron sin él saberlo y aun contra su voluntad; pero todo lo que pasó de terrible, de cruel y de sanguinario durante aquel verano inolvidable, en aquella región, fué atribuído a Sachka Yegulev, consagrado con su nombre. En todas partes donde el cielo, se iluminaba con horrorosos incendios, en todas partes donde corría la sangre, evocábase la imagen de Sachka Yegulev, inaccesible a la policía, cruel, terrible, inabordable.
Su nombre se hizo legendario. Se le veía, o se imaginaba verle al mismo tiempo, el mismo día, y casi a la misma hora, en sitios diferentes y muy distantes unos de otros. La policía y los destacamentos de soldados agotaban sus fuerzas en su persecución, y siempre caían sobre pistas falsas. Se