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voz de Sacha estuvieran escondidas millares de otras voces misteriosas afirmando la verdad.

A la misma Helena Petrovna sorprendía esta particularidad de la voz de su hijo. Sólo Sacha no sospechaba nada.

V

Los sueños

... Pero ¿de dónde viene esta tristeza secreta, cuando todo va tan bien y la vida es tan bella? ¿No acoge la mañana jubilosamente al día, y el día a la noche? El cielo, moteado de ligeras nubes, ¿no es siempre bello? ¿No brilla el Sol todos los días y no se desliza el agua con un dulce murmullo? De pronto, en medio de un juego alegre, de una risa gozosa, de un acto inspirado por pensamientos serenos... gime un suspiro doloroso y pesa un cansancio mortal del alma. El cuerpo es joven y fuerte; pero el alma está cansada, triste y solicita reposo sin haber penado todavía. ¿Por qué está cansada? Oye sin cesar vagos y tiernos llamamientos. Son los llamamientos del espacio infinito; es el desierto inmenso, que ha abierto sus ojos y clama: «¡Sacha!, ¡Lina! O bien, quizá, Sacha duerme en un sopor profundo, y el ruido nocturno de los árboles seculares le inspira los ensueños del cansancio eterno, de la vida interminable, del espacio infinito?...

Sacha abre los ojos y ve por la ventana, que iluminan los resplandores del alba, agitarse las ramas...