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¿Cuándo dejaron los niños de ir a la iglesia?

¿Qué es lo que pasó antes y qué es lo que pasó después?

Los días caían del cielo y se dispersaban en desorden. Diríase que alguien había desgarrado un libro interesante, esparciendo las hojas en tal forma, que ya no se sabía dónde estaba el principio y dónde el fin.

39 Un día Helena Petrovna, Sacha y Lina miraban cómo se llevaban a los mujiks movilizados de largas barbas; esto ocurría en medio de la plaza; las mujeres y los hijos de los movilizados lloraban desesperadamente. Helena Petrovna lloraba también; Sacha se esforzaba por calmarla y repetía sin cesar, con voz lacrimosa:

—¡Mamaíta, no llores!

Naturalmente, esto era antes del manifiesto (1), mucho tiempo antes, y, sin embargo... Junto a aquel día, como su continuación, Helena Petrovna conservaba en su memoria el recuerdo de otro día, o más bien una noche. Estaban todos en casa de Timojín, el chico aquel que aprendía el inglés.

Hacía mucho calor en la habitación, llena de humo; por el suelo y por las ventanas había puntas de cigarro tiradas. Helena Petrovna asistía a la velada sin saber por qué. Y aunque el intervalo entre aquellos dos días era por lo menos de dos años y quizá de tres, en su memoria estaban situados el uno junto al otro.

(1) El de 17 de octubre de 1905, en el que el zar anunciaba la amnistia y aun una constitución.