No recordaba exactamente cuándo comenzó a frecuentar como una jovencilla las reuniones y los mítines. La colocaban siempre cortésmente en las primeras filas. Una vez hasta se dió la noticia de su presencia en un mitin en el periódico local. El reportero atribuía a esta presencia una gran importancia y llamaba a Helena Madame la générales.
Los niños se rieron mucho al leer aquella noticia en el periódico.
Un día fué llamada por el director del colegio, quien le comunicó que su hijo había sido expulsado por haber tomado parte en unos desórdenes; pero, a pesar de esto, Sacha siguió en el colegio hasta que lo abandonó por su propia voluntad. ¿Cuándo fué esto? ¡Quizá no fuera el director del colegio, sino la directora del Liceo, donde Lina hacía sus estudios! Helena Petrovna no se acordaba con precisión.
Tampoco recordaba la fecha exacta en que los cosacos hicieron su aparición por las calles de la ciudad, ni el día en que se cometió el primer acto terrorista. Fueron asesinados un oficial de la policía, luego un simple agente y, por último, un oficial de gendarmes. Durante los funerales solemnes del oficial de policía, los «Cien negros» (1) hirieron gravemente a dos colegiales, y Helena Petrovna, al saber la noticia, tuvo la seguridad de que uno de (1) Sociedad organizada y protegida por el zarismo para luchar contra los liberales y revolucionarios. El zar pertenecía a ella.
Los Clen negros cometieron numerosos crímenes que permanecieron impunes.
