1813, solo dos bancos de hilera, aun teniendo las maderas necesarias, costaron dos mil ciento sesenta i siete pesos dos reales, cuyo espediente, seguido con toda la fuerza de ordenanza, existe en la contaduría de esta Casa, a disposicion de V.E.; en la intelijencia que el herrero que trabajó las ruedas de brazo, despues de concluida la obra, reclamó las pérdidas que le produjo su débil contrata.
Sírvase V.E. tener presente la calidad del cobre que produce Chile; él es riquísimo, por algunas partículas de oro con que se halla mixtado; pero ágrio, seco e indúctil; para reducirlo alas cintas de hileras, se abrirá por todas partes al tiempo de estirar los rieles, por los golpes que deben sufrir sobre los yunques; es preciso afinarlo a fuerza de gasto de carbon i peonadas en las crazas, i no solo por una vez sino por muchas; pues tengo la esperiencia i es notorio en la Casa, como asimismo las mermas que se sufren.
Para ligar la plata i oro estamos escasísimos. Convencido del gasto en las afinaciones, resolví abrir feria para pagar a uno i medio reales la libra de cobre viejo, i aun en éste es preciso la refundicion. Con él se liga ordinariamente por ser mas dúctil, descansando así el continuo gasto i peligros en la ligacion que presenta el de barras.
Ahogado mi antecesor por falta de cobre para aquellas labores, con anuencia del Gobierno, formó trabajo en los cerros de San Pedro Nolasco, de cuenta de la Casa, sobre una mina de aquel mismo metal, que se llamaba "Rican"; comisionó al juez de balanza don Waldo García, franqueándole todos los avíos necesarios para la labor; pero el proyecto no pudo corresponder a sus deseos porque el poco cobre de calidad regular que se estrajo, quedó siempre sujeto a las afinaciones. Él sufrió el costo de cincuenta pesos quintal, como aparece de un espediente que existe en el archivo de esta contaduría, mui a la disposición de V.E.
El fiel de moneda, don Pedro Pascual Rodríguez, para trabajar i ligar el metal que se invirtió en las guarniciones de unos sables o espadas para la Guardia Nacional, buscó con empeño el cobre de colpas o el que llaman de papas, que rara vez se encuentra, i lo pagó a razon de setenta pesos el quintal; el superintendente de la Casa de Moneda de Lima, don José de Larriva Agüero, me suplicó le consiguiese de los mineros de Coquimbo, quinientos quintales del cobre de labranza, refinado tres veces para las ligaciones de la misma Casa, porque el de Orino, que satisfacía a treinta pesos, no lo encontraba bueno; por mas que trabajé no pude merecerlo, i por lo mismo creo de precisa necesidad, que, en el caso de amonedar cobre, podrá alcanzarlo solo la autoridad de V.E., entre los individuos que tienen labranza en el mismo Coquimbo o sus alrededores. Pero debo advertir que la contrata de los quinientos que se necesitan, deben llevar la calidad de refinos por tres o cuatro veces, mandando muestras ántes que se verifique la remesa, para su reconocimiento.
Quiero que V.E. toque por la esperiencia, cuanto tengo espuesto en este informe; deseo se sirva hacer por sí mismo una visita i reconocimiento del actual estado i número de las máquinas que sirven en la Casa, i se encontrará sin la principal para labrar moneda, que son los molinos, tan necesarios para los rieles de cobre; pues con ellos no hai necesidad de los yunques i machos, respecto que estiran los rieles dulcemente; i por consiguiente no hai una casa de moneda que carezca de estas principales máquinas. En España hai tres, la de Madrid i Sevilla, que ámbas son destinadas para la plata i oro, i la de Segovia, por evitar el mixto de metales, solo ocupada en la labranza de los cuartos i ochavos, todos cobre, cuyo metal se afina primeramente en los hornos de la Casa Cabada, en donde se funde artillería.
Si mis cortas luces no han podido llenar los deseos de V.E. en este informe, supla mi voluntad, que desde luego queda resignada a cumplir cualquiera resolucion que se sirva impartirme en la materia. —Casa de Moneda de Santiago i Diciembre 11 de 1817. —▼José Santiago Portales.
Núm. 575[1]
Excmo. Señor:
Cumpliendo con el ▼informe que V.E. se sirve pedirme i que me comunica el señor secretario, en oficio fecha de ayer, acompañándome la instancia de don Pedro José Ramírez, sobre amonedacion de cobre en auxilio del Erario, la cual trasmite a V.E. el Excmo Señor Supremo Director, espongo: que, sobre esta materia, he dicho con libertad cuanto aparece en el papel que produje, con fecha 11 de Diciembre del año próximo pasado, i que en copia dirijo al conocimiento de V.E. En él se encontrará cuanto puede apetecerse para una final resolución; i, si se ha dado alguna posteriormente, la ignoro.
No hai Estado en el mundo que tenga su numerario respectivo fuera de sus conocimientos ni a la arbitrariedad de ajenas manos; las que lo forman i manejan, están siempre ligadas a peculiares ordenanzas, tan necesarias como la moneda al mismo Estado i a los individuos que lo forman. El intrínseco valor de la moneda se lo da la autoridad del Gobierno, bajo de una convención jeneral con las naciones ilustradas; aunque las de cobre son en realidad provinciales, deben correr siempre sujetas a las trabas de ordenanza. Ad libitum de la voluntad de un indi
- ↑ Este documento ha sido trascrito del volumen titulado Miscelánea, 1817 a 1851, tomo 161, pájina 172, del archivo del Ministerio de Hacienda. (Nola del Recopilador.)