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1977
MANIFIESTO DE DON JOSÉ MIGUEL CARRERA
LXXXVI
MANIFIESTO DE DON JOSÉ MIGUEL CARRERA, EN 4 DE DICIEMBRE
DE 1811, EN EL CUAL JUSTIFICA LA DISOLUCION DEL CONGRESO


MANIFIESTO DE DON JOSÉ MIGUEL CARRERA

Para que se convenza el reino entero de la justicia con que Santiago se revolvió en dos de este diciembre hasta suspender el ejercicio de la última corporacion de su gobierno, es preciso desnudarse absolutamente de todas las ideas halagüeñas, sorprendedoras que puede sembrar el partido i la cábala. Cuanto mas grande una empresa tanto deben prepararse los ánimos políticos a recibir con desimpresion su noticia. Santiago presenta a una disertacion racional el plan de sus obras. No se prevenga el espíritu con odio, i la reflexion decidirá el acierto.

Debe confesar Chile i la América entera que el abandono la sepultó en una ignorancia política, absoluta hasta despues de tres siglos de su descubrimiento. Así, es necesario que, cuando medita el plan de su rejeneracion i de su libertad, dirija sus pasos por el verdadero sendero de su fin, i beba principios que le alumbren el principio de esa verdad.

Es constante que, separado el trono, el rei cautivo, los pueblos de la monarquía española reasumieron esclusivamente la posesion de la soberanía que le habian depositado; e instalada la rejencia del interregno i sus córtes jenerales estraordinarias de un modo ilegal, ellas no tuvieron autoridad bastante para estenderse sobre los dominios de ultramar. Chile, por eso, suspende su reconocimiento i deferencia ciega para despues de salvado este vicio, sin dividir la unidad del cetro a que se sometieron sus abuelos. No era conducta política que la América se mantuviese en esclavitud opresiva miéntras la España misma obra por su reforma i se empeña en el restablecimiento de su libertad. Mil mandatarios del gobierno antiguo i peninsulares del tiempo nuevo han entregado traidoramente al enemigo comun las plazas de su atencion, i se han vuelto al partido frances. Los vasallos mas leales no debieron esponerse a una dominacion estranjera i la mas aborrecida por recibir sin tino mandones desconocidos. Cuando ellos protestan principalmente la consecuencia de su suelo al monarca mas querido, en nadie deben depositarla mejor que en los hermanos de su confianza. Hé aquí el fundamento incontestable de establecerse juntas i de suspender el sistema pasivo de recibir órdenes, de que tomó ejemplo en la misma Península. Los gobiernos de España, convencidos de la justicia del procedimiento americano, aprueban su nuevo método de organizacion política. Pero debió su sistema parar en el estado de provisorio hasta que el último resultado de la Península o el desplome de su metrópoli abra el hueco en que ha de fijarse con inmovilidad la primera base de su libertad i de su independencia. Este es el órden de ponerse en el fin majestuosamente i sin peligros. Como para acertar en las obras de primer órden se necesitan innumerables combinaciones i grandes principios, no es estraño que las yerre por la primera vez un pueblo pobre de ilustracion, a causa del abandono que lo ha tenido muchos siglos en una absoluta orfandad política, reducido a un sistema puramente colonial i servil. Chile debe conocer i confesar los defectos que padeció el nuevo gobierno de su revolucion. Esta confesion le traerá la confianza de todas las naciones. Cuanto mas degradante un vicio, tanta recomendacion acarrea a quien obra por salvarlo.

Chile, donde no llegaron jamas publicistas, ni los autores de ese derecho que era desconocido en las escuelas, no pudo tener las nociones políticas indispensables en la mutacion de un sistema