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MANIFIESTO DE DON JOSÉ MIGUEL CARRERA

efecto, i estaba en peligro la seguridad del reino. Sus provincias iban infeliz e inocentemente a su ruina. Pero Santiago, a quien nada desvela como la felicidad jeneral e individual de sus hermanos, hizo reflejar el dia dos de diciembre el lucero de la justicia i de la razon sobre los derechos de la patria.

La anarquía nos desvastaba, i la justicia clamaba por el órden. El mal era grave i exijia remedio pronto. El pueblo, tiranizado i sofocado del despotismo, no podia descubrir la cara para representar su situacion. Los buenos patriotas la lloraban en el retiro i en papeles anónimos, que eran desatendidos e increpados. Sus autores se perseguian con pesquisas i amenazas terribles. Desenvainaron, por último, los malvados el cuchillo de la perfidia i meditaron dar traidoramente la noche del veinte i siete anterior un golpe decisivo contra la salud jeneral, contra la vida de todos i anegar la patria en la sangre de sus hijos. ¡Hasta dónde habia llegado la maquinacion i la sed insaciable que alimentaba la tiranía mas injusta! No falta quien atribuya a una parte del Congreso proteccion de los planes de esta empresa. El proceso contra los conjurados, cuyo sumario se ha retardado injustamente, descubrirá la verdad. El ciudadanato en su última agonía política i natural recurrió a la tropa, i, no pudiendo ella ensordecer con indolencia a una queja que le tocaba tan de cerca, hizo suya la demanda, le protestó su adhesion i la uniformidad de sus sentimientos. Los militares se replegaron en sus cuarteles, i, sin permitir que la bayoneta ni el cañon tuviesen parte en la obra de la libertad, representaron racionalmente los clamores de sus hermanos. Todas las familias entónces, trocando las lágrimas lúgubres que les hizo verter la antigua opresion en las deliciosas i tiernas del júbilo o de la alegría, se presentaron en la plaza mayor llenas de confianza a festejar el buen resultado de su revolucion, que les adquirió el órden, la tranquilidad, el sosiego i la reintegracion en la posesion de sus imprescriptibles i sagrados derechos, de aquellos derechos que les dió la naturaleza misma en su jeneracion, i que les arrebató i usurpaba la tiranía.

Ya les acompañaron las tropas, que, depuesta un momento su fuerza bizarra, i olvidadas del plomo desolador, hicieron salva en honor de la patria, miéntras el estado decente elevaba sus clamores al santuario cantando gracias a la Providencia por su proteccion decidida. Fué estraordinaria la jeneralidad de los vivas, i sin excepcion el contento público. Tuvo ventaja notable el partido del buen sistema. Santiago reposa en el lleno de su tranquilidad; i solo le falta uniformar las ideas de las demas provincias del reino, para que, como hermanas, le ayuden en esta empresa i lleguen juntas al cabo de la obra.

¡Chilenos! No consiga la maquinacion sembrar zizaña i desconfianzas entre los hijos de una madre i de unos sentimientos, si libertamos todos nuestro corazon de las pasiones que nunca deben el trono efímero sobre la razon.

Se suspendieron las sesiones del Congreso a instancia universal. Pero no porque falten los diputados i el nombre de ese cuerpo, quedan las provincias sin voz ni representacion en el gobierno. Está depositado en tres personas de la satisfaciion pública. Su número es el mas análogo a nuestra lejislacion, a nuestras costumbres, a nuestras circunstancias; i, no ocupando nada a esta ciudad tanto como el que todas las poblaciones del reino concurran con sus advertencias i con su ejecucion a la formacion del mejor de los sistemas, las convida i provoca a que asistan todas a la obra. Para ello, i porque se convenzan que desde hoi van a proceder con mas libertad, les previene que, mudando solo el nombre a los diputados antiguos, elijan sus procuradores que representen cerca del gobierno, siéndoles arbitrario dejar sus poderes en esta clase a los mismos representantes que tenian, elejir otros o retener en sí, en sus cabildos o en sus juntas, que se erijirán irremediablemente, el tiempo prefinido, la facultad de repetir sus derechos. Sus clamores serán atendidos con preferencia i tendrán efecto indispensable. El primer órden ha observado la inmortal Buenos Aires, cuya noticia recibimos felizmente por conducto seguro el mismo dia de la deposicion del Congreso i de la nueva reforma de nuestro sistema. Están uniformadas las ideas de ambos estados, i, cuando esta capital oiga como aquella la aprobacion de sus provincias interiores, que desea tanto i espera, entregará con satisfaccion al mundo entero un manifiesto exacto i mas individual de otros datos i documentos con que reserva confirmar entónces la lejitimidad de su obra.

Ha de acabarse la tiranía. Nos desvelamos por hacer consistir la libertad. Ea, chilenos, hermanos de nuestra primera atencion, identifiquemos nuestros pensamientos, i trabajemos todos juntos por conseguir plantear con firmeza el mejor de los sistemas. Arrostremos los peligros. La victoria es cierta si tenemos resolucion i consistencia en nuestros corazones. Somos impenetrables, i no hai enemigo que nos toque si no nos destrozamos entre nosotros mismos. Es respetable la barrera de nuestras tropas tendidas sobre las armas. Ellas activan sus ejercicios doctrinales, se preparan a la lid, se aumentan con aceleracion, i el valor chileno no se apaga sino con el vencimiento i con la última gota de la sangre del soldado. Despues de mui pocos riesgos, que son indispensables en la carrera penosa de la vida humana, correremos gloriosos a coronarnos en el templo del honor i de la virtud, colgando para nuestra memoria eterna el laurel de la victoria, tanto mas recomendable cuanto la cadena de los sucesos esté eslabonada de mayores precipicios. —Santiago, diciembre cuatro de mil ochocientos once. —José Miguel de Carrera. —Manuel Javier Rodriguez,secretario.