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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo VII (1823).djvu/241

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SENADO CONSERVADOR

mentos en que necesitamos profesores para llenar los vacíos de nuestra pequeñez, se han presentado varios que a pesar de haber exhibido sus diplomas del colejio de Edimburgo, donde han sido facultados con toda la circunspeccion necesaria, se les ha exijido para licenciarlos un nuevo exámen, que es un insulto verdadero al respeto que debe tributarse a un establecimiento científico conocido en todo el orbe. Si la lei que lo previene pudo dispensar a Chile, siendo una colonia, de esa consideracion, le exime hoi que, siendo una Nacion independiente, no puede olvidar lo que debe a las demás en cuyo rango se halla constituido. El deseo de curar esclusivamente en el país i mantener en observancia una rutina destructora de todo mejoramiento, se cubre por el Protomédico bajo la capa de la lei para que jamas podamos salvar el círculo pequeño a que estamos circunscritos; mas claro, para retener sin dignidad un empleo que pierde su respetabilidad en el hecho de ocuparlo un hombre sin virtudes i abyecto. Estas ideas, bien conocidas de los mismos facultativos estranjeros, les hacen retraerse de la exhibicion que se les exije, i con mayor razon cuando observan que la lei se les aplica a ellos i se relaja con respecto a los españoles que, por enemigos de la causa de América, han sido espulsados hasta Chile. Ellos son estranjeros como los demás en cuanto son individuos de Estados independientes i debian someterse a ese mismo paso; pero la preferencia que se les presta viene en mi auxilio a confirmar que la liga es intolerante de todo el que no tenga el sello español. Los hospitales, el ejército i los pueblos carecen de facultativo, no hai quien auxilie a la humanidad, los males progresan impunemente, i la razon es ésta. La misma hizo que el profesor Miquel, lleno de filantropía i conocimientos, examinado i facultado con todas las solemnidades legales, fuese suspendido sin preceder la menor formalidad. El país habria perdido seguramente un hombre benéfico en todos sentidos, si avergonzado el Protomédico de sus propios excesos, no hubiese retrocedido i respetado sus licencias. S . S., los ataques de este hombre son contra las personas, i es preciso evitarlos separándolo.

Él se ha disculpado en su informe, diciendo que no es de su resorte examinar el civismo en los individuos del Protomedicato. ¿Se tolerará con serenidad por los padres de la Patria una produccion tan escandalosa? El hombre mas aislado en la sociedad no seria disculpable de tolerar a los enemigos de ella. I ¿lo será en el mismo que recae la obligacion de velar sobre su conservacion? Este rasgo de ignorancia o de malicia no hace estraño que, con la misma injusticia con que ostenta sus bajezas personales, dijese ante el Gobierno de la Nacion que estaba determinado a suspenderme en el momento, olvidando que la Constitucion enfrena esa miserable arrogancia. ¡Que el Ministerio hubiese tolerado esto con sangre fría! ¿Qué indica su silencio, sino una deferencia a lo mismo que está en contradiccion con las garantías individuales? El que suscribe, sin otro interes que la felicidad pública, quiere desentenderse de lo que le es personal, seguro de que a los ojos del Senado la impotente amenaza de aquél es una nueva prueba de las ideas que presiden sus resoluciones i que esto hace mas urjente la reforma personal i orgánica del Protomedicato.

Por tanto, suplico a V. E. provea como he pedido. —Excmo. Señor. —Agustin Natanael Coox.


Núm. 390

Pide providencia

Excmo. Señor:

Don Agustin Natanael Coox, protestando mi mayor respeto, digo: que, cuando dirijí a V. E. mi anterior solicitud para que los profesores Grajales i Miquel fuesen removidos de los empleos que ocupan en el Protomedicato, protesto que no tuve otro interes que el servicio de la Patria, sin que en ese paso se mezclase resentimiento alguno particular. El informe del Protomédico, lleno de sarcasmos e impertinencias estravagantes, creí seguramente que ofendiese el decoro de V. E. i que reprimiese, con los correctivos legales, ese desenfreno con que desciende a penetrar hasta el recinto sagrado de mis manejos domésticos. Léjos de esto, mirando V. E. la mano que a sus ojos despedaza mi opinion, se manda imprimir un decreto que en sí envuelve la justificacion de sus ataques; i la interpelacion al Protomédico bien pudo ser privada sin injerirla en una resolucion que en el hecho de publicarse supone delincuencia en la persona que es su objeto; esto es ilegal en todos sentidos; ántes de asegurarse si aquél es un verdadero detractor ¿se va a sellar mi difamacion i echar en el sepulcro la fama de un hombre bien acreditado en el país? Debe, pues, suspenderse su insercion en el Boletin. Despues que en él se hace la calificacion de estranjeros por los que no son naturales del país por nacimiento o adopcion, era consiguiente resolver mi solicitud que, bajo estos mismos principios, reclamaba la remocion de Grajales i de Miquel. La declaracion de V. E. la ha apoyado al paso que los fueros mismos de la Nacion, pronunciados constitucionalmente, no permitian que los estranjeros se injieran en las autoridades civiles o administrativas. La razon de ellos está en la conveniencia pública i en que cada pueblo forma una asociacion de que es preciso ser miembro para participar de las leyes i privilejios que les son propicios. Mi deber, la razon i la justicia no me permiten ser un frio espectador de su infraccion. Cuando no obtuviese, me habré lisonjeado de no ser indiferente con