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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo VI (1822-1823).djvu/31

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SESION DE 23 DE JULIO DE 1822

hasta veros tan felices i poderosos, como los pueblos mas florecientes de la tierra. —Santiago de Chile, Julio 23 de 1822. —Bernardo O'Higgins."

Finalizada su lectura, despues de algunos momentos de sorpresa que causó la renuncia del Supremo Director, i alarmada la Convencion con tan inesperado acontecimiento, pronunciaron en viva voz todos los diputados, que de ningún modo podian aceptar, ni aceptaban la renuncia de S.E; que habiendo elevado la Patria al rango i prosperidad que hoi goza, no se debia ocultar que la Divina Providencia lo tenia destinado para concluir la grande obra de nuestra libertad, i sellar el reconocimiento de la independencia de Chile: que debia continuar en el sacrificio de este importante servicio; i que últimamente era mas peligrosa una mutación en la persona del gobernante en la presente época que una invasion, i que, pues los pueblos, los ciudadanos i la Nacion entera estaban satisfechos de su administracion, de la regularidad de sus principios i de su jenio liberal i emprendedor, ratificaban en su persona la feliz eleccion de la suprema direccion que los pueblos le confiaron con tanto acierto, hasta que concluya el término que fije la Constitucion.

Despues de este acuerdo, resolvieron que inmediatamente el Vice-Presidente i una comision de ocho diputados se dirijiesen al Palacio del Supremo Gobierno, e indicasen a S.E. que la Convencion le esperaba para contestar de viva voz al pliego que habia dejado en manos del Presidente. En cuyas circunstancias, el Vice-Presidente dijo:

"Un suceso tan interesante como el que se acaba de acordar, llama justamente toda la atencion de los hombres sensibles i amantes a su país: sentimientos de asombro i de gratitud se agolpan a nuestra consideracion: tal es el efecto de las virtudes brillantes. Tres siglos de esclavitud sobre la América, i el desarrollo prodijioso del talento dé sus hijos, forman un contraste verdaderamente admirable para el hombre reflexivo. Triunfaren las batallas, sacrificar su fortuna, lo que hai de mas caro a los humanos por la libertad de la Patria, es, a la verdad, un heroísmo; pero deponer el mando cuando éste se presenta con todo el aparato reluciente de esplendor i seguridad es una escena peregrina que alguna vez la han visto en sus dias felices las sociedades; hé aquí la época afortunada que ofrece a Chile el mas digno de sus hijos: a bien que hablo de sucesos de que todos somos testigos oculares; esta circunstancia me escusa el referirlo; sin embargo, es preciso confesar que a este valiente i virtuoso ciudadano le debe la patria el grado de poder i grandeza en que se ve, i que hoi mas que nunca necesita de su influencia.

"Chile, sobre los laureles de guerrero, posee la cornucopia de la abundancia, las espigas, las naves i todos los elementos que forman el benéfico comercio; sus enemigos le respetan, sus amigos i aliados le consideran; puede ser mui bien se cambie esta perspectiva de placer. Las pasiones nacen en las repúblicas lo mismo que en los imperios. Los cartajineses roban a los españoles su patria i libertad, i lo que es mas, a sus amigos i aliados los fenicios. Los romanos destruyen a Cartago sin otro principio que el error de creer oscurecidas sus glorias por una república que emulaba sus empresas. Por desgracia de la humanidad se repiten con frecuencia estas escenas; por esto es que la Patria se halla quizás en el período mas crítico de su tiempo.

"La España aun no ha reconocido nuestra independencia: las naciones estranjeras nos observan: preciso es satisfacerles. Se ha manifestado al mundo que se puede ser libre; resta probarle que merecemos serlo. Aquéllo pudo ser el resultado del esfuerzo i de poder; éste es precisamente el del juicio i la razon. Tal ha sido el objeto de la Convencion en su acuerdo. Creo puede lisonjearse sin zozobra que ha llenado el voto público i fijado la suerte de las jeneraciones venideras."

Se dirijió despues la comision a cumplir con lo acordado por la Convencion, i condujo al Supremo Director a la Cámara Convencional. Tomó la palabra el Presidente i dijo:

"La Convencion, por muchos i sólidos fundamentos, no admite la renuncia de V.E Se interesa, a nombre de la Patria, en que el primer Tribunal del Estado continúe en el ejercicio del Poder Ejecutivo, i espera, por su espada, ver sostenida su libertad i resolucion, según V.E. lo acaba de prometer. Nos resta un largo espacio que marchar para llegar al rango a que el Ser Supremo nos destina. V.E., que tan dignamente ha hollado ya el camino, debe ser nuestro guia. La Convencion da gracias i felicita a V.E. por el acierto con que ha dirijido la Nacion: cuando ella dé su Constitucion i señale el término de las fatigas a los majistrados, los representantes podrán admitir la renuncia, i entónces disfrutará V.E. en su retiro dias llenos de gloria, i las jeneraciones futuras entonarán al nombre de V.E. himnos de amor í gratitud."

S.E. contestó en los términos siguientes: "Sacrificaré mis deseos a mi obediencia. El honor que recibo solo puede hacerme continuar en el mando; bien que siento reanimarse mis fuerzas al considerar que la honorable Convencion aprueba por este acto cuanto he practicado anteriormente, i que sabrá guiar i sostener su hechura. Sea mi silencio el intérprete de mi gratitud."

I despues de haber recibido las felicitaciones, etc., se volvió S.E. a su Palacio acompañado de la comision convencional, jefes militares, corporaciones i un inmenso pueblo. El jefe del Estado Mayor anunció al público tan plausible noticia con triple salva de artillería i se dispuso que al dia siguiente una misa de gracia i Te Deum,elevasen al cielo los votos de la Nacion en grati