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SESION DE 16 DE OCTUBRE DE 1826
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- tra los elementos de un bienestar permanente, que puede trasmitir a su posteridad.
- El hombre busca jeneralmente estos recursos en la agricultura, comercio, navegación i sobre todo en las artes; porque las ciencias, la guerra, la iglesia, las minas, el pastoreo, a mas de entretener un número determinado i corto de individuos hábiles, no pasan a los hijos, escluyen la excedente porcion compuesta de las mujeres, niños i ancianos.
- El proporcionar tales recursos incumbe a los que presiden a los pueblos, en cuyo bien inmediato deben emplear su ilustración i el poder que les confian, combinando todos los accidentes, como la situación local, las producciones, las necesidades, la poblacion, su índole, sus relaciones, el estado de sus conocimientos; empezando por lo más fácil i urjente, por lo que mas prontamente puede radicarse, dilatarse i preparar los sucesivos progresos de los demás medios de hacer útiles el tiempo, mas injenios de los actuales i futuros habitantes.
- Si el ejemplo i exortaciones fuesen suficientes, no debia pasarse de ellas; si se necesitan auxilios i son posibles, han que franquearse, i si no, es preciso ocurrir a los arbitrios que enseña la esperiencia i que se practican en otras partes con buen suceso.
- El estímulo reconocido para excitar a todo trabajo es la recompensa segura i la esperanza de que su incremento será proporcionado a la fatiga, i éste consiste en el pronto espendio i en la certeza de que a la mejora de las producciones seguirá la de su precio.
- Estos atractivos del trabajo son insuficientes i propiamente no existen si no florecen las manufacturas, porque necesitan de ellas los que se dedican a las otras atenciones, ya para su comodidad,ya para auxilio de sus pro'esores, i sobre todo, porque dan una nueva forma i valor a sus producciones, i crian unos compradores de las materias que las artes no producen i necesitan.
- La agricultura, primera i la mas natural ocupacion del hombre, tiene una medida fija, determinada por el círculo del consumo, que si no lo llena, sigue la escasez, i si el recelo de esta hace traspasarlo, viene la superabundancia, el abatimiento i la miseria. De aquí proviene la neglijencia de los que, por habitud, por defecto de otros recursos o mero entretenimiento, dedican una corta parte del año a labrar la tierra, los brazos que yacen en la inercia todo el tiempo que las estaciones muertas los reducen a mirar a su rededor; su tierna familia agobiada del hambre i desnudez cuando, léjos de estarle a cargo, debería ayudarle si las labores propias del sexo i edad débil les ofreciesen una compensación, un distraimiento que las sostuviese sin la desdicha a que la arrastran las urjencias de malbaratar el fruto de sus fatigas rurales, porque el de las domésticas nada vale.
- El comercio, que en todo el mundo es el canje de lo sobrante por lo necesario, es en Chile el mero trueque de lo único valioso por lo supérfluo. La importación pertenece esclusivamente a los estranjeros, i el menudeo i tráfico interior a ajentes; la esportacion es casi nula; la navegación apénas empieza.
- La ganadería, como en todas partes, solo es de los dueños de los grandes terrenos, i aquí únicamente es productiva en fuerza de la estension; por consiguiente, la clase numerosa solo disfruta el precio de los servicios que presta i de las gracias que por éstos les dispensan los propietarios.
- Las minas, signo ominoso, prestijio de una efímera opulencia que, preocupando con ilusiones i esperanzas inmensas, inspira un desden orgulloso hácia las demás ocupaciones, que demandan contracción i asiduidad i que ofrecen recompensas menores, aunque ciertas. Nos lisonjea en vano el entusiasmo que la revolución de ideas ha revivido en pro de este medio de arribar rápidamente a la fortuna; pasará el calor luego que se palpe que nada puede hacerle mudar su naturaleza de incierto, precario i mortífero. A excepción de alguna anomalía, seguirán la marcha que tuvieron bajo un gobierno que prestaba una protección casi esclusiva en que la ignorancia no era cual se vocifera; pues vemos traducido con aprecio al cura Barba i otros escritores americanos, en los propios países de donde se nos envían ahora las luces. No era tal la falta de fondos para la elaboración, pues jamas escasean a empresas tan pingües. Pero, sea lo que fuere, el resultado es que nunca ocupan sino brazos varoniles, pocos i en temporadas.
- Igual coto circuye a los que abrazan los demás medios de vivir actuales, ya sean por sí mismos, ya dependientes de otros; en todo se advierte incertiaumbre, mezquindad i continuas interrupciones. De modo que, calculados los períodos de inacción involuntaria exceden a los de ocupacion, en mas de la mitad del tiempo útil, i añadiendo a éste el de los que absolutamente nada trabajan, resulta un vacío de ociosidad, desesperación i vicio en que están sumerjidos cuando ménos, los nueve décimos de un millón de vivientes racionales, criados i aptos para el trabajo i que lo quieren. Esta es una forzosa verdad de sentido, sujeta a demostraciones de la misma fuerza que las de jeometría. He aquí las mas sencillas.
"El Perú i provincias limítrofes están plagadas de chilenos que buscan trabajo; no hai un buque procedente de nuestros puertos que no lleve a las costas estrañas jóvenes de todas clases, ni pasa un dia sin que trasmonten la Cordillera miserables que huyen del ocio i que rarísima vez vuelven.
"Los delitosorijinados del hambre son excesivos i notoriamente mas i mayores en el invierno, en que cesan las labores, i basta a manifestar la diferencia la simple inspección de las cárceles i listas de sentenciados.