▼muchas materias inútiles, comparadas con la importantísima de dar la ▼Constitución del Estado; han corrido tres meses, i habiendo solo sancionado nueve artículos, parece este negocio interminable, o al ménos nece-itarse dos años i medio para concluir los ciento cincuenta artículos que comprende el proyecto. Las opiniones entre federalistas i unitarios se ajitan, i entretanto, ¿tendremos a las provincias en el estado de disolución en que se hallan? Las atribuciones dadas por el Congreso a las ▼Asambleas han sido entorpecidas, i un jénio contrario a las ideas del ▼Congreso ha hecho ilusorias las leyes benéficas que ha dictado: ¿i podremos entre la oposicion i discordia hacer la felicidad de la República? ¿No será, pues conveniente que, según los proyectos presentados, se consulte a las provincias la forma de gobierno que crean mas conveniente adoptar? ¿Es acaso un término que no llegará su fin, que los pueblos nombren otra ▼Representación Nacional, que bajo la éjida que hayan dado esas provincias, formen la gran carta deseada por toda la Nacion? Acaso se dirá que opino contra la ▼federación: nó, señor, esta forma de gobierno vive con mis sentimientos, i mis comitentes la distinguen i conocen por la única ventajosa a los intereses comunes. Yo creo, i aun estoi cierto que, en la consulta, los ▼pueblos darán la preferencia al sistema federal, que ya les ha hecho sentir los bienes de la ▼libertad, i entónces el Congreso venidero, ceñido a esta base, no se dividirá en opiniones como el actual. Debemos, pues, convencernos que nuestros trabajos son sin fruto, i yo nunca convendría en los proyectos si viese una marcha firme i constante para dar las leyes fundamentales. Pero, ¿qué nos importan bellas teorías, inútiles en la práctica, que halagan por un momento la imajinacion i nos dejan en posesion de un fruto estéril? Mi diversa opinion no nace de apostasía de los principios liberales que profeso, sino de las circunstancias.
El señor ▼Sapiain.—El señor preopinante me ha recordado el acuerdo de la Saia en meses anteriores, cuando se hicieron iguales indicaciones a las que hoi se discuten. Parece que el ▼Congreso sancionó entónces que, para evitar entorpecimientos en su marcha, se discutiesen eselusivamente la ▼Constitución i otros negocios graves que se puntualizaron en dicho acuerdo, desearía verlo, porque, si está vijente, es necesario que primero se trate de su revocación; pido, pues, que se mande leer. (Se leyó, i continuó el señor Sapiain:) He aquí que se quiere inducir al Congreso a una contradicción; por ese acuerdo que he leído, debe discutirse el proyecto de Constitución; se han discutido efectivamente mucho de sus artículos, i ahora se dice: Cese esa discusión i acábese el Congreso. ¿I no nos argüirán los pueblos de debilidad i de inconsecuencia si así lo ejecutamos? Los motivos que ahora se alegan para esa disolución, ¿no se espusieron en el mes de Mayo en que se produjo esta misma mocion, i no fueron entónces mirados por la Sala con el mas alto desprecio? ¿I por qué ahora se han de volver a tomar en consideración? No se crea, señor, que me interese por la permanencia del Congreso, pero no convendré en que se disuelva con descrédito suyo, i sin haber llenado el objeto de su misión, o porque solo aparece un papel en que se dice Acábese el Congreso, la salud del pueblo lo exije. ¿Qué pueblo ha dicho hasta ahora que cese la ▼Representación Nacional? Al contrario. ¿No esperan que ella les dé leyes que garanticen sus ▼derechos? Es posible que despues que el Congreso se ha sostenido contra los ataques esteriores, hayan dentro de su mismo seno quienes quieran hacerlo desaparecer? Seamos, señor, consecuentes, i no alteremos el acuerdo que hemos dictado i al que tuvimos a bien darle el carácter de irrevocable. En su virtud, opino que no deben tomarse en consideracion las mociones que se han presentado.
El señor ▼Aguirre. —Es indudable que ese acuerdo i todos los demás son mui dignos de nuestro respeto; mas, ninguno es de naturaleza irrevocable. Al mismo tiempo que se dictó ese decreto, para que solo se tratase de la ▼Constitución, lo hemos visto infrinjir con la introducción de otros asuntos bastante estraños, i que diariamente aparecen nuevos. De aquí es que aunque llevamos tres meses en discutir el proyecto de Constitución, solo se han sancionado nueve artículos. I marchando el ▼Congreso con esta lentitud, ¿no sufrirán los pueblos grandes males? Luego, pues, la Sala misma que dictó ese decreto, viendo la dificultad de observarlo, debe justamente dictar su revocación i admitir las dos indicaciones que hai hechas, para que el Congreso se ponga en receso, sin que esto pueda decirse indecoroso es su representacion.
El señor ▼Sapiain.—Creo que el señor preopinante debe estar trascordado de ese anterior acuerdo. En él se designan los asuntos que a mas del proyecto de ▼Constitución pueden tomarse en consideración; tales son: los de insurreccion-en algún pueblo; las solicitudes de las ▼Asambleas; el informe de la ▼Comision de Justicia sobre los recursos introducidos al ▼Congreso; las observaciones del Ejecutivo sobre las atribuciones de las Asambleas i no sé qué otras cosas; si, pues, para tratar de esos negocios se ha distraído el Congreso del proyecto de Constitución; de ningún modo aparece infrinjido (como se dice) el citado decreto. I sobre todo ¿los lejisladores han de trabajar a tarea las leyes? ¿Se les mide a éstas el peso? Eso se queda bueno para un labrador, que se ocupa en cosas mensurables. Nos demoramos mucho, aburrimos a los pueblos, i por eso están descontentos; es otro de los fundamentos de las mociones presentadas. ¡I qué! ¿No hemos visto al Congreso de Buenos Aires ocupado en la misma obra que nosotros, i que en ella lleva cerca de tres años? ¿Por qué, pues, se llama demasiado tiempo el de diez meses?