▼despreciados, porque sus miras eran privarlos del engrandecimiento; no era estraño este procedimiento en ellos. Tenían por objeto principal alejarnos la ilustracion, para que de esta manera, permaneciendo siempre con los ojos cerrados, no alcanzásemos a conocer nuestros sagrados derechos; conocían que, reunidos en poblacion, podían fomentarse las luces; que los americanos por este principio, alcanzarían a penetrar cuán ominoso era el yugo de la opresion i cuán apreciable era la libertad e independencia de los opresores. Nada ménos les tenia mas cuenta que separarnos de estas ideas, i hé aquí que todo su fin no atendía mas que a mantenernos en la seguridad.
Así lo consiguieron por el espacio de trescientos años; mas, ya que nuestra suerte nos ha puesto en otro estado, yaque los americanos hemos conseguido sacudir ese yugo detestable, ya que por un nuevo sistema hemos recuperado nuestra libertad, i ya que, en suma, somos felices, es necesario que un gobierno liberal haga resonar en esos pueblos mismos, ántes oprimidos, el eco de su beneficencia; es ya tiempo que les haga conocer cuál es la felicidad por que tanto han trabajado, borrando de la memoria los fines perversos de los españoles, aquellos fines que solo pudieron ser hijos de la tiranía mas exaltada; es época en que se propaguen las luces; es tiempo en que salgamos de la ignorancia; es ocasion en que las ideas de libertad, en que la ilustración, sustituya a la estupidez en que nos tenían.
La poblacion de ▼Rio Claro no es ménos acreedora a esta consideración; su vecindario ha acreditado su verdadero patriotismo. Apénas se le ha indicado la necesidad, cuando con la mayor exactitud ha proporcionado crecido número de caballos, con repetición, no ménos que numerario a proporcion de sus facultades. La Patria los ha llamado a sus servicios, i entónces, abandonando sus hogares i con desprecio de sus fortunas, han prestado sus brazos para aumentar las filas de sus compatriotas; no les han detenido las lágrimas de sus padres ancianos, los jemidos de sus tiernos hijos ni los llantos de sus caras esposas. La Patria necesita nuestro auxilio, han dicho; no es justo que nos neguemos a un objeto tan augusto. La sangre que vamos a derramar por la libertad, sea la que fecunde nuestros campos i ellos sostengan nuestras familias.
El vecindario de Rio Claro es numeroso. Sus habitantes son de mas que de regulares facultades; apénas se vean en el rango de pueblo, en mui poco tiempo tocarán la felicidad que prepara la sociedad de hombres pudientes i que aspiran al engrandecimiento de un lugar que miran con Ínteres. Es un dolor ver esta reunión de pobladores voluntarios, sembrados en un valle, sin óiden i sin arreglo. Por esta falta, las casas están con deformidad. Se carece aun de escuelas de primeras letras. El pasto espiritual no puede ser administrado con toda aquella puntualidad que demanda la relijion, aunque el cura párroco quisiera cumplir con su obligación. La parroquia está en un estremo de la pobiacion i con tanta distancia, que puede asegurarse, sin faltar a la verdad, que casi todo el vecindario se queda sin misa. No hai distinción de estaciones. En el verano el sumo calor les impide pasar a la iglesia. En el invierno, se forma en el camino intermedio un embarazo, por las aguas i barros, que no permite sino un difícil tránsito; así es que, aunque los vecinos se empeñen por cumplir con el precepto de la misa, se hallan embarazados. Toda ponderación es corta; pero la esperiencia ha acreditado esta verdad.
Todos estos motivos nos obligan a suplicar a V. E. se digne disponer que, en este lugar, se forme una villa, mandando al efecto un facultativo que venga préviamente a delinearla, i que, cuando en V. E. no resida actualmente facultades para decretarlo, se sirva pasar al Soberano Congreso esta representacion, con apoyo de nuestra solicitud. Con ella a nadie se perjudica, porque los pobladores que solicitan, se obligan a pagar los sitios que ocupen por la mayor tasación. La iglesia parroquial tiene mas de dos mil pesos de fondo, a mas de los aprovechamientos que se pueden sacar de aquel edificio. A mas de lo dicho, tiene la iglesia tierras i capellanías a su favor; si el Estado gusta solo pagará la plaza, el terreno que ocupa la cárcel i sala de Cabildo para cuando lo haya; para esto puede tomar los arbitrios de signarle propios; de esta manera, no se grava el Estado i se remediarán los males que padecemos. Los vecinos se empeñarán en fomentarla, i protestamos a V. E. que la suerte del Rio Claro será próspera para sí i para todo el Estado entero. Su situación local es la mas a propósito. El paraje está colocado en medio de San Fernando i Rancagua; es el paso necesario para el Sur, camino tan traficado, que se puede asegurar que no hai dia ni noche en que no se advierta un pasaje continuo de jente; en él es donde se proveen todos los caminantes.
El comercio es regular, i erijido en pueblo, se le dará el ser de que es capaz. Otros fundamentos podrían esponerse, pero no queremos ser mas difusos, cuando a todos consta nuestra verdad i también a V. E. mismo, que es testigo ocular de cuanto llevamos aducido. Así
A V.E. suplicamos se digne acceder a nuestra solicitud. No suscribimos todos por haber suprema prohibición. —Justo Letelier, diputado suplente. Juan Luis del Campo, territorial. —Pedro José Maturana de Guzman,alcalde de primera elección del Cabildo de San Fernando.
Santiago, Setiembre 25 de 1823. —Informe el delegado de San Fernando. (Hai una rúbrica.). -Astorga.