tamante. —A. S. E. el ▼Presidente de la Cámara de Senadores.
Núm. 545
Excmo. Señor:
▼▼José Bernardo Cáceres, por don Cárlos Wooster, en virtud de su poder jeneral, según consta del certificado que acompaño, respetuosamente a V. E. espongo:
Que mi representado no hallándose hoi en servicio activo i despues de dieziocho años de ellos recomendables, como se acredita por el espediente que adjunto, desea volver a su pais natal i para conseguirlo ocurro a V. E. a fin de que se sirva darle la suma de seis mil pesos por premio de su constancia i concederle el goce de fuero i uso de uniforme.
En la solicitud de mi poderdante se halla un reclamo mas justo i el mas conveniente a la Nación.
Un jefe del grado i servicios del señor Wooster, que ha llenado de glorias a la República, no pide otro premio que una pequeña cantidad constante para trasportarse a su pais, a reunirse a su familia e hijos de los que está ausente muchos años con abandono i pérdida total de sus intereses por servir nuevamente, i con el mayor entusiasmo a la Independencia de Chile. Hace mas: cede cualquier derecho a premio alguno de reforma o retiro a que pudiese optar a esta cesión, como dije, constituye su reclamo el mas conveniente al Fisco. Su reforma le daría una injente cantidad de pesos por su carácter i tiempo a que sirve; ésta o su retiro gravarían mas al Estado, que la pequeña suma que pide. Yo espero que estas consideraciones obren en el ánimo de V. E. para que se sirva acceder a su petición i como V. E. mismo i todo Chile es testigo de lo que el señor Wooster, mi representado, ha servido al pais i sacrificios que por él ha hecho, me abstengo de hacer una numeración de ellos.
Suplico a V. E. tenga a bien concederle la gracia que por mi conducto solicita. —Excmo. Señor. —José Bernardo Cáceres.
Núm. 546[1]
Soberano Señor:
▼En el momento que mi pais supo la plausible noticia de haber pasado los Andes el señor Jeneral don ▼José San Martin, entusiasmado por la libertad de Sud-América formé la resolución de consagrar a su servicio mi vida, mi familia i mis intereses. Chile fué mi objeto predilecto, para no venir como un aventurero a ofrecerle solamente mis servicios, construí en Nueva York un bergantín de guerra, de dieziocho cañones, le cargué de pertrechos navales, i superando las dificultades i conocidos riesgos de una larga navegación, llegué a Valparaiso, no sin peligro de haber sido víctima de los opresores de América, que dominaban el Pacífico.
Antes de ser chileno hice sacrificio por Chile i cuando me adoptó entre sus hijos i colocó en el número de sus defensores, le consagré gustoso mi existencia i cuanto mas caro tenía. El mando de la fragata de guerra Lautaro fué el primer destino que obtuve i la primera acción en cumplimiento de mi deber la toma de la fragata española María Isabel i todos los trasportes que convoyaba. La parte que tuve en esta gloriosa victoria no pertenece a mí recordarla; existen muchos de mis compañeros de armas, ellos hablarán por mí. Básteme deciros que si el Estado poseyó tan importante presa, en parte fué debida a mis esfuerzos, para arrancarla de la playa de Talcahuano, donde había varado. Puedo decir lo mismo del navio San Martin, que encallado en aquel puerto habría quedado reducido a fragmentos, si no consigo afortunadamente sacarle del banco de arena en que topaba.
La parte de presa que me correspondió en tan valiosa espedicion, fué destinada a la gloria i adelantamiento de mi Patria adoptiva. Venciendo mil obstáculos eché al agua los dos primeros buques que enarbolaron el pabellón nacional, dando una prueba a mis nuevos compatriotas del espíritu que me animaba. No contento con esto, les destiné nó al tráfico mercantil el mas brillante en aquella época en que se daba libertad al comercio, sin las trabas mezquinas de la España, sino a la pesca de ballenas, objeto interesante por sí mismo i empresa digna de una protección singular del Gobierno, por los resultados sobrado felices, que podía presentar a un pais laborioso i con seiscientas leguas de costa como Chile. Estas mis esperanzas particulares dirijidas siempre al grande objeto de ser útil. Como marino hice el peligroso bloqueo de Chiloé en la estación mas rigorosa, i en naves cuasi desconocidas hasta entónces; cooperando en esta misma época a restablecer el órden i calmar la revolución en que fué víctima el malhadado gobernador de Valdivia, Letelier.
En 1822", en la terrible tempestad que amenazaba la ruina de todo buque en el puerto de Valparaiso, despreciando los peligros, logré salvar con los mas estraordinarios esfuerzos, la Escuadra Nacional i esto en circunstancias que perecieron diezisiete embarcaciones estranjeras. En el siguiente año sostuve a mis espensas con ropa i algunos suplementos pecuniarios a cerca de 375 hombres i sus respectivos oficiales sin que el
- ↑ (La presente solicitud es la que se tramitó en 1834; la agregamos a los anexos de la sesión de hoi porque la hemos obtenido cuando ya estaban impresas las del año anterior. -(Nota del Recopilador.)