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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXIII (1834-1836).djvu/472

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SESION DE 14 DE SETIEMBRE DE 1835

rían a la amistad del Gobierno, si esta se les concedía bajo ciertas condiciones que préviamente exijían, todas ellas tan ridiculas e inadmisibles, como su osadía en proponerlas.

Vista, pues, la resolución de los bárbaros i su intencion de continuar la guerra, ínterin se les dejase en aptitud de poderla hacer, sin escarmentárseles como convenía i agotarles los recursos con que contaban, dispuse la marcha de una division bastante considerable a las órdenes del Teniente Coronel, don Estanislao Anguita, cuya marcha efectuó el 24 de Marzo i a los pocos dias de su regreso destiné al capitan don Francisco Ramos con dos compañías de infantería i algunos indios para que, internándose por la montaña, asaltase a las familias asiladas allí. Del resultado de una i otra se instruirá V. S. por los partes de ámbos comandantes que, en copia, tengo la honra de adjuntarle bajo los números 3 i 4. Finalmente, el 4 del presente han recibido un golpe mas, por una partida a las órdenes del capitan don Domingo Salvo en que por una sorpresa logró matar a algunos enemigos, tomarles muchos caballos i lanzas i treinta i tantas familias.

El resultado, pues, de tan repetidos golpes con que se les ha hecho sentir todo el peso de la desastrosa guerra, que por necesidad i en represalia nos hemos visto precisados a adoptar, ha sido el de su completa mudanza.

Ya han cesado totalmente sus correrías en la frontera. Todos los caciques de las reducciones de Angol, Pilguen i demás fronterizos se han retirado a Collico, excepto algunos que se han presentado implorando perdon, entre los que se cuenta al cacique Lebiluan, de bastante opinion, con treinta i tantos mocetones, i no dudo que mui pronto seguirán los demás su ejemplo, ya por tenerles en nuestro poder parte de sus familias, como por ser estrema la miseria a que se les ha reducido, cuyo hecho atestiguan los mismos que se han pasado.

Este es, señor, el estado presente de nuestra guerra con los bárbaros i el resultado de la campaña.

Nuestra pérdida total no ha sido otra que la que denotan los partes de los Comandantes de las divisiones; la del capitan del Batallon Carampangue don Manuel Bahamondes, asesinado por los bárbaros en su movimiento de 2 de Enero, yendo en marcha para Collico, i, en el mismo dia, la de catorce individuos enfermos del espresado batallón en su tránsito de Puren a Nacimiento.

El total de los enemigos, inclusos los muertos por la division del capitan Zúñiga en su espedicion a ultra cordillera, i partidas voluntarias de las milicias de Nacimiento que hacen sus correlías entre los enemigos, es de 700 a 800; pérdida de mui poca consideracion comparada con la mayor que han sufrido en la de armas, caballos i demás recursos para la guerra. También se ha sacado de su poder un considerable número de cautivos de ámbos sexos, cuya lista adjunto a V. S., en la intelijencia que excede del triple o cuádruplo el de naturales entre mujeres i niños que se les han tomado por nuestras divisiones i que sirviendo para aumentar por este medio el número de brazos en estas provincias, se consigue al mismo tiempo disminuir el de los enemigos.

Entre las medidas adoptadas para asegurar mas la quietud en los pueblos i comarcas limítrofes e impedir las pequeñas incursiones de los bárbaros, que talvez instigados de las necesidades pudieran emprender, ha sido una la de reforzar nuestra línea de frontera por medio de cuatro fuertes mas que se han construido; uno entre Santa Bárbara i San Cárlos; dos entre esta plaza i la de Nacimiento i otro entre esta i la de Santa Juana, a dos leguas de la primera. Esta medida era de urjente necesidad; pues no podía guardarse perfecta vijilancia contra los bárbaros, cuando los puntos avanzados i guarnecidos se hallaban a grandes distancias, dejando claros de ocho i diez leguas.

La segunda ha sido una partida de cien hombres de caballería, cincuenta veteranos i otros tantos cívicos, perfectamente equipados, que a las órdenes del sarjento mayor graduado don Luis Salazar, he mandado invernar a lo interior de la tierra, en auxilio del cacique Colipí i reducciones de Lumaco, con la órden de situarse en las cercanías de Puren.

Por medio de esta fuerza no solo conseguiremos tener en continua alarma a los enemigos, durante toda la estacion del invierno en que debe constantemente obrar sobre ellos, sino también conservar la amistad con esta reduccion que siempre se ha mantenido aliada nuestra que, por el número i valor de sus naturales, es de las mas respetables, i que, sin este auxilio, se habría visto obligada por su propia utilidad a hacer la paz con nuestros enemigos i declararnos la guerra.

Entre las instrucciones que lleva el comandante de esta fuerza para la direccion de sus operaciones, es no perder de vista cualquiera oportunidad que se le ofrezca de entrar en negociaciones con las tribus del interior, i aun prometerles la paz a nombre del Gobierno, exijiéndoles alguna garantía para su firmeza. Para este efecto, se le impuso oportunamente de la buena disposicion en que se encontraba el cacique Inal i algunos otros, según noticias suministradas por un cautivo últimamente llegado de aquella parte.

De las tribus de araucanos o costinos, he recibido constantemente pruebas de su adhesion al Gobierno, encontrándolas siempre dispuestas a servir cuando se ha creído conveniente ocuparlas.

Iguales protestas de amistad he recibido de nuestros aliados pehuenches, i habiéndome visto precisado a llamarlos despues de la ocurrencia del 2 de Enero para aumentar la caballería, ocurrieron gustosos permaneciendo en servicio mas