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356 CÁMARA DE DIPUTADOS

ser aquellas fundadas en razon i conformes a las prácticas de los pueblos cultos. No tenemos sólo en vista consideraciones de inmediata utilidad i persuadidos como estamos de que las dificultades que presenta nuestro actual sistema de medidas para cálculos, son tales, que ella bastarian por sí solas a retardar la difusion de los conocimientos útiles entre la gran mayoría, por la dificultad de hacer en corto tiempo comprender la aritmética en parte necesaria a las transacciones que ocurren ordinariamente. En las escuelas primarias se han enseñado hasta hoi las cuatro primeras reglas según la determinacion vulgar, mas el conocimiento de estas reglas, no conduce en manera ninguna a la solucion de los diversos problemas que a cada momento se ofrecen en la vida; i para hacer útil aquel estudio puramente rudimental se necesita un largo trascurso de tiempo i un estudio complicado para comprender los números denominados i las fracciones; con esta circunstancia, que las reglas que la ciencia da para la solucion de los problemas de números complejos, son de complicada i larga aplicacion, por lo que en la práctica comercial están en completo desuso; miéntras que las que se practican ordinariamente por mas breves i sencillas, tienen el inconveniente de despreciar, digámoslo así, el tecnicismo i deduccion lójica de la ciencia; pues ellas solo son abreviaciones o resultados de antecedentes que no se presentan a la intelijencia del contador común.

Si pudiese pues aplicarse el sistema decimal a nuestros números denominados, se conseguiría la inapreciable ventaja de reducir i someter todos los cálculos que ocnrren en las transacciones ordinarias, a la manera fácil i sencilla de operar con las cuatro primeras reglas de aritmética; de manera que la introduccion del sistema métrico decimal en nuestro pais, traería por consecuencia hacer de tal manera espedita i fácil la enseñanza de la aritmética, que la obra que inconducentemente se hace en la enseñanza de años en las escuelas, quedaría reducida a unos cuantos meses de estudio, con inmensa ventaja de la propagación de las luces i de la instruccion popular.

Pero hai un obstáculo invencible para la adoptacion del sistema decimal en la piáctica de los cálculos, i este nace de la division actual de la moneda en onzas, pesos, reales, medios, cuartillos, que se resisten a toda reduccion a decimales, requiriéndose operaciones tan complicadas para dar a una cantidad de pesos que contenga reales i quebrados, la forma decimal, como el resolver el problema mismo por los medios ordinarios de denominados o quebrados, que tantas dificultades ofrecen.

Creernos peligroso que se pusiese la mano a la reforma de nuestras medidas de capacidad de lonjitud, gravedad, etc.; esto no puede hacerse sino gradualmente i con el trascurso del tiempo. Mas con la division de la medida de los valores i o el peso, no sucede lo mismo, pues creemos que el lejislador puede sin inconvenientes, cambiar la subdivision actual, de modo que sin alterar su valor, se preste mejor a los cálculos aritméticos. Aun las circunstancias actuales se blindan a esta reforma; pues la escasez de moneda macuquina, se hace sensible por todas partes, i en Valparaíso, sobre todo, que se hace necesario una emision de moneda para facilitar las operaciones del comercio de menudeo. Nos es imposible calcular la cantidad de moneda macuquina que circula en la república; pero suponiéndola de un millón, no creemos que costase $ 50,000 la operacion de recojerla i dar la subdivision requerida, amonedándola de nuevo, según la division del dollar norte-americano. Entonces i con la division de la moneda de cobre en décimos, tendríamos un sistema de moneda perfectamente combinado i de una reduccion facilísima en las operaciones aritméticas. Tan necesaria i oportuna es la division decimal de la moneda, que no obstante las dificultades que presentan los reales i cuartillos, las casas de comercio de Valparaíso, la han adoptado casi jeneralmente en la contaduría de sus bufetes.

Sí lograse allanarse este tropiezo, los que quedan en la division de los otros pesos i medidas usuales, son de ménos importancia i los de ellos pueden obviarse fácilmente. Necesitamos hacer sensible nuestra idea con algunos ejemplos.

Los quintales en el peso del charqui, cobre, algodon, hierro i demás especies que se pesan por quintales en nuestro comercio, se dividen en libras; por lo que sus enteros i quebrados tienen la forma decimal; así cuarenta quintales de cobre, tres arrobas, diez libras, tienen en la numeracion esta forma: 40.85 Las especies que se pesan por arrobas, se dividen también en libras, de modo que multiplicando estas por 4, según la práctica comercial que se llama cuarteron, se da al quebrado libras, la forma decimal; puesto que 30 arrobas, 15 libras, equivalen a 30,60.

Las varas se subdividen por medias i cuartas, que son susceptibles de tomar la forma decimal: así 1 2 ½, varas, pueden espresarse así: 12,5; i así de muchos de nuestros pesos i medidas.

Mas el peso no se presta sino con dificultad a la reduccion decimal; cuatro reales equivalen a 5 décimas; pero un real equivale a 125 milésimas, i un cuartillo a 3,1 25 cien milésimas, de manera que para dar a esta cantidad $ 235 7 reales 2 reales la forma decimal, se requiere una serie de operaciones para producir esta otra: 23,598,875; cantidad de decimales demasiado grande para producir ventaja alguna en su reduccion.

Hemos escojido este camino para hacer sensible a nuestros lejisladores, la necesidad, conveniencia i utilidad de cambiar cuanto ántes la subdivision de la medida de los valores, como un paso previo para la adopcion de otras reformas en las demás utilidades de pesos i medidas.