Cívica de infantería presentí una apariencia lucida: tiene una instruccion mui superior a la que racionalmente pudiera exijírsele, i una gran parte de los cuerpos que la componen pueden rivalizar con el ejército de línea en disciplina i aun en hechos de armas gloriosos. La artillería se espide tambien con bastante regularidad, i si la caballería, formada por lo regular de labradores que viven diseminados en la campaña, no puede competir con aquellas dos armas en instruccion i lucimiento, es de esperar que la nueva organizacion que está recibiendo la haga mostrarse su émulo, i acaso la sobrepuje en la importancia i oportunidad de los servicios que preste.
Se ha decretado la orginizacion de dos batallones de infantería i una brigada de artillería en la provincia del Maule. Asi mismo se han mandado organizar en las provincias de Coquimbo, Aconcagua, Santiago, Valparaiso, Colchagua i Maule, dieciseis rejimientos de Caballería, componiendo en todos cincuenta i seis escuadrones.
El monto total de la guardia cívica, segun los estados formados por la Inspeccion Jeneral, alcanza a cuarenta i tres mil hombres.
La ▼Marina Nacional considerada no por la importancia que pueda tener en el dia, sino por los grandes intereses que está destinada a guardar en lo futuro i el influjo que mil circunstancias la llaman a ejercer en nuestras relaciones con las naciones estranjeras, merecía una atencion seria de parte del Gobierno. Desgraciadamente es este un ramo que requiere conocimientos especiales, tan diferentes de los que exije el Ejército de tierra, como son diversos los elementos en que uno i otro se ejercitan. No habia en el Gobierno antecedentes bastantes para formar juicio de su estado actual, ni se conocían a fondo sus defectos, ni ménos era posible atinar con las providencias que su mejor arreglo requería. El Ministro que habla se trasladó, pues, a Valparaiso a estudiar por sí mismo lo que es nuestra Marina i a recojer a vista de los objetos, datos seguros que sirvieren de base a sus procedimientos. Tengo el sentimiento de informar al Congreso que el resultado de mis investigaciones ha sido bien poco lisonjero, ruinas quedan solo de aquella famosa escuadra que, en la época romanesca de la República, fué el guardian del Continente.
No hai naves suficientes por su número, ni por su calidad, para satisfacer las exijencias del servicio; no hai arsenal ni pertrechos para habilitarlas, ni marinería que las tripule i los oficiales que quedan de los pasados tiempos de gloria, dispersos en el retiro de sus casas, sin centro de accion, sin esperanzas, eran objeto de desaliento para los jóvenes marinos que, formados bajo sus auspicios, veian simbolizada en ellos la suerte miserable que les aguardaba. Faltan por otra parte leyes adecuadas a nuestra situacion presente, tampoco existen prácticas que puedan suplir el defecto de estas leyes i la autoridad que está encargada inmediatamente de la direccion del ramo, no es capaz, por lo vicioso de su organizacion, de conservar siquiera las quebrantadas reliquias que nos restan. Todo debe crearse de nuevo en la Marina: los elementos materiales, el personal del servicio, los reglamentos que la rijen i la organizacion gubernativa i económica del departamento.
La primera providencia que en este estado de cosas pareció conveniente tomar, fué dar proteccion a los oficiales que se conservan aun con ánimo de permanecer en la escuadra. De todos los elementos que debe tener a mano el Gobierno para el caso de guerra, ninguno hai mas difícil de obtener en circunstancias de apuro que personas hábiles i fieles a quienes encomendar las fuerzas navales. Buques i pertrechos no faltan cuando hai recursos pecuniarios; mas la pericia del marino, la consagracion jenerosa a la causa de la patria, son calidades que no siempre se pueden encontrar a la ventura i que debemos esperar sólo del favor que concedamos a los que por naturaleza o eleccion, pertenecen a nuestra asociacion política. La ▼República debe contar de seguro con algunos oficiales de mar para los lances inesperados que se ofrezcan, so pena de hallarse en embarazos que le harían condenar la imprevision del Gobierno i la miserable economía que por obtener mezquinos ahorros la reduce a la impotencia. Yo no dudo que el Congreso reeonocerá la necesidad de cultivar con esmero i mantener con comodidad i con decoro, a los que en épocas talvez no mui distantes, han de llevar el pabellon nacional por diversos mares i prestar la proteccion vigorosa i muchas veces delicada que se debe a nuestro comercio.
En esta virtud se han colocado en destinos análogos a la profesion, los oficiales que por su edad i jerarquía deben mirarse como ya formados.
Entre estas colocaciones debo hacer mencion de la de un jefe de carácter, al frente del arsenal que hasta ahora habia estado confiado con grave detrimento de los intereses fiscales, a otros ajentes subalternos. El Gobierno cree que el mayor sueldo que se paga a este jefe desde que fué llamado al servicio respecto del que gozaba desembarcado, está compensado con usura por los ahorros que proporciona el Erario en los consumos de la escuadra.
La educacion de nuestros jóvenes marinos era un asunto de vital importancia; i como carecemos de los medios necesarios para conseguir tan interesante objeto, se solicitó del Contra Almirante de S.M. Británica en el Pacífico, que admitiese a bordo de los buques de su mando algunos oficiales de la marina nacional. El encargado de negocios Coronel Walppole, por cu