arranquen el doble a la parte mas pobre i mas productora del pais, pero este millon de pesos le cuesta a la Nacion el jérmen de muchos milones que se dejan de producir, este medio millon representa el enflaquecimiento i debilidad de nuestra industria, este medio millon es talvez la única barrera que está deteniendo el porvenir, i este medio millon, en fin, representa un millon de injusticia.
Pasemos ahora a lo mas importante, i propongámonos las cuestiones siguientes. ¿Es posible preparar desde ahora en Chile la abolicion de las contribuciones de que hablamos? ¿Se ha demostrado satisfactoriamente que no se puede pensar en ello en la actualidad sin renunciar a la esperanza de toda mejora sosial, i sin causar en el acto un déficit considerable al ▼Erario, la ruina del ▼crédito nacional i la dislocacion de nuestro pésimo sistema de hacienda? ¿Será tanta la dificultad de destruir cualquiera de esos impuestos que ni anunciarse pueda siquiera por nuestros hombres de estado cuándo será oportuno pensar en ello? ¿Habremos de renunciar a la esperanza de hacer esta mejora esencial, madre de todas las mejoras, en medio de una paz completa, i por medio de la discusion i de la habilidad ministerial como se ha hecho en Venezuela, i habremos de atenernos a que el diezmo sucumba a impulso de una revolucion i en la mayor inoportunidad, como ha sucedido en España?
Para resolver estas cuestiones en nuestro sentido vamos a presentar los elementos con que contamos.
- Contamos con la habilidad bien conocida de nuestro ▼Ministro de Hacienda o de quien se encuentre capaz de subrogarlo si él no conserva su puesto todo el tiempo necesario para realizar las reformas de que tratamos. Este elemento servirá para muchas cosas. El subdividirá las reformas, i no las emprenderá todas juntas, i sin prepararlas. Comenzará, por ejemplo, por abolir el diezmo, i ni esto hará talvez de un golpe, sino que lo estinguirá por provincias, o por el tanto que se cobra, o por los objetos que comprende. Estas combinaciones son infinitas i no debemos entrar a enumerarlas a un Ministro circunspecto i a un Ministro que ha probado ya tener mucha habilidad para subdividir las reformas, con el ejemplo de lo que ha hecho en la tarifa. ¿Quién temería indiscreciones del señor ▼Renjifo porque se le viese abandonar el camino trillado, el camino de las pequeñas mejoras, el camino largo de los esfuerzos impotentes, i colocarse de pié firme en las vias del progreso?
- Contamos con que la abolicion de cualquiera de los impuestos que hemos señalado no produce en el erario un déficit igual a la cantidad que él rinde, sino de una parte solamente, i aun este déficit no es de un carácter permanente sino temporal. Por ejemplo, la abolicion del estanco no causaría un déficit de 360,000 pesos que hoi produce, sino el de 200,000 talvez, cuando mas, pues los derechos de importacion que pagaría el tabaco, i el movimiento industrial que su produccion causaría, no puede creerse que rindiesen al tesoro ménos de 160,000 pesos. Ademas este déficit de los 200,000 pesos iría cada año disminuyendo, i talvez bastarían diez años de produccion e importacion de tabaco en el país, para hacerlo desaparecer enteramente. —Lo que decimos del estanco es aplicable igualmente ai diezmo, porque estando estos impuestos tan íntimamente ligados a la industria i siendo sus grillos, el movimiento que causaria su desaparicion en los productos i en los consumos, haria subir considerablemente los otros ramos de contribucion, mas justos i mas racionales. Tambien hemos de observar, con esta ocasion, que el catastro no progresará, ni se radicará en el pais a la sombra del diezmo, como tampoco se podrán establecer otros jéneros de contribuciones directas, miéntras no desaparezcan las viciosas que hoi tenemos. Es menester convencerse de esta verdad: en Chile son pequeñas las entradas del tesoro, hai razon para desear que sean mayores, pero al mismo tiempo la industria desfallece bajo el peso de los impuestos, lo que demuestra que nuestro sistema de contribuciones es vicioso, i que debe ser reformado para que el erario reciba mas i el pueblo dé ménos; es decir, contribuya con igualdad, aproximadamente siquiera. Aprobamos que se aspire a abastecer nuestro tesoro, pues no se le emplea en sostener el fausto de una corte corrompida; pero negamos que sea justo procurar este bien insistiendo en las contribuciones viciosas que existen, i negamos tambien que se logre por estos medios la adquisicion de una entrada sólida, duradera, i que crezca a la par de una industria libre i animada.
- Contamos para efectuar las reformas con el fondo que cada año se emplea en mejoras parciales, que mas estendan el tesoro que de provecho sirven a la nacion. En el actual presupuesto, por ejemplo, talvez lleguen, bien examinadas las cosas, á 500,000 pesos los fondos destinados a esta clase de mejoras en miniatura. Perdónesenos la espresion. Hista los 100,000 pesos destinados a caminos nos parecen empleados en un objeto pequeño relativamente a los que nosotros proponemos. Compárese el resultado sin prevencion; piénsese en el alivio que sentirá Chile i en el estímulo que recibirá su industria, con el gasto de los 100,000 pesos en caminos, con el aumento de sueldos de empleados, con el establecimiento de un obispado, de una ▼universidad, de una ▼academia militar, etc., i dígasenos si todas estas mejoras no son menos fecundas en bienes que las que deseamos. A primera vista parece una paradoja, i hasta una blasfemia quizá, el preferir, la abolicion del diezmo, por ejemplo a las mejoras en el culto, en la buena administracion, en la difucion de las luces, etc. Pero considérese que no hacemos sino postergar estos i otros beneficios de su jénero: los