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SESION EN 4 DE SETIEMBRE DE 1844

que pueda alguna vez esperimentar; nó mui lejos de eso, aún en ese estado, siempre miraremos el papel moneda como un excelente medio circulante; i en otra ocasion, cuando consideremos esta faz de la cuestion, probaremos cómo el papel moneda ha alcanzado hasta en la República Arjentina, a verificar beneficios inmensos que en muchos años de trabajo no se habrian obtenido sin su auxilio; probaremos cómo Buenos Aires con su papel i sin plata, era mui rica hasta que en circunstancias notables lo empaparon, como todo en aquel desgraciado pais, en un lago de sangre.

Mas volviendo a nuestro propósito i considerando las cosas en su estado natural, pues sólo la rudeza es capaz de sacar argumento contra la bondad de una cosa por el abuso que de ella se haya hecho en situaciones escepcionales, que son raros accidentes en la vida de los pueblos, creemos que debe siempre mantenerse el papel moneda a la par con su valor nominal. Esto se conseguirá toda vez que los billetes sean cambiables por oro o plata cuando el tenedor lo demande; i un banco podrá hacer lucro de su crédito sin comprometerlo i quedando en todo tiempo en aptitud de corresponder a la demanda que sobre su tesoro se haga por plata u oro, siempre que "ls notas que emitan sean proporcionadas a la demanda, en cambio de buenas i convertibles seguridades, pagaderas a periodos cortos especificados". De este modo no habrá exceso sensible en la circulacion, no habrá demanda intempestiva, no habrá depresion en el papel circulante.

Pero se nos dirá que cómo podrían emitirse veinte millones con un fondo real de cinco, sin correr el riesgo de fracasar el dia que fuese necesario reembolsar inmediatamente el monto de los billetes puestos en circulacion.

Pero esto no puede suceder, porque el Banco pone en circulacion esos billetes en cambio de obligaciones a cortos plazos, o representando valores reales mayores, de manera que todos los dias tiene entradas considerables en su caja.

Si estos pagos se hacen en billetes, el Banco no necesita del metálico paca hacer frente a ellos; si en metálico, lo pondrá en caja para cambiar sus billetes, i su liquidacion no sufrirá ningun inconveniente. En el caso estremo de que sea víctima de quiebras, su fondo social está allí para responder.

Sin embargo, admitamos hipotéticamente un desembolso repentino i jeneral resultado de un pánico esparcido contra su crédito. En este caso estremo el Banco empezará por pagar con su caja de reserva sin interrupcion, pero sin precipitacion los billetes que se le presenten, i en el tiempo que emplee en hacerlo, entregará gradualmente en su caja el producto de los vencimientos a su favor, hasta que agotados estos en cartera, el Banco habrá recibido en cambio de ellos sus propios billetes i valores con que pagar los demas que se presenten, i por resultado de la operacion le quedará su capital antiguo, con mas los beneficios que de su jiro le hayan provenido.

Mucho mas hai que decir sobre el papel moneda; pero, enlazado con los otros puntos de la vasta materia de bancos, volveremos sobre él en otra oportunidad.


Núm. 164[1]

Despues de nuestros dos primeros artículos sobre esta interesante materia, publicados como preliminares a un exámen detenido de ella en nuestros números 4,928 i 4.931, vimos aparecer en la prensa i tomar posiciones en los diarios de la capital i Valparaiso, a escritores de crédito que se proponían hacer de los Bancos el objeto esclusivo de sus escritos, tratando sobre su oríjen, su marcha, la esencia de sus operaciones i las reformas de que eran susceptibles, con toda madurez, estension i elevacion de ideas.

Desde que vimos esto, desde que unos de esos escritores habia elejido nuestras propias columnas para emitir sus pensamientos, nos propusimos guardar silencio, observar el curso de la discusion i esperar sus resultados para segun ellos prestar a lo que juzgásemos útil i aceptable nuestro débil apoyo.

Ha llegado este caso; i la Sociedad de Agricultura 1 Beneficencia llamando i reuniendo todo el caudal de luces que podia proporcionarse en el círculo de las capacidades nacionales i estranjeras del pais, adoptando el pensamiento del señor Fragueiro, ha llamado tambien a la prensa a la consideracion de ese punto especial.

El resultado pues de las discusiones verbales i por la prensa sostenidas dentro i fuera de esa Sociedad, ha sido la adopcion de una idea, la eleccion de un camino. Examinemos esa idea, veamos dónde conduce ese camino.

No sabemos si nos equivocamos, pero creemos que el pensamiento del señor Fragueiro no ha sido jeneralmente comprendido. Los términos de que se ha usado el enunciarlos, la algazara de una discusion en que tantas voces que partian de distintos puntos hablaban a la vez i de un modo tan distinto; la misma interrupcion que ha sido inevitable en la serie de los artículos en que él era desenvuelto, lo han presentado bajo una atmósfera densa i confusa, que no han dejado de hacer aun mas confuso i denso los ataques apasionados que en público i en privado le han dirijido el interes, la mala fe i la ignorancia. Vamos, pues, a procurar dar una idea clara i completa de ese pensamiento que

  1. Estos artículos han sido tomados de El Mercurio de Valparaiso de 1884, núms. 5000 i 5001. —(Nota del Recopilador.)