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Página:Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de Chile - Tomo XXXIV (1844).djvu/475

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SESION EN 2 DE OCTUBRE DE 1844

en donde tuvieron no pocas desgracias i contratiempos que arrostrar, su constancia allanó las dificultades, i el pabellon nacional se enarboló en las desiertas ensenadas del Estrecho.

La colonia se ha establecido en el puerto de San Felipe al abrigo de un fuerte suficientemente guarnecido i capaz de resistir los ataques indígenas; se le ha provisto de cuanto artículo puede necesitar una nueva poblacion naciente, así para el sustento i abrigo de los pobladores, como para la construccion de edificios, cultivo de la tierra, crianza de ganados i otras operaciones industriales.

Tambien se ha hecho conducir allí un intérprete para facilitar la comunicacion con los buques estranjeros, un médico con su correspondiente botiquin i un celoso capellan que se empleará en ganar para la fe i la civilizacion las tribus salvajes de las cercanías.

Nuestros buques de guerra menores deben encargarse de mantener las comunicaciones con la colonia, i uno de ellos especialmente debe estacionarse en el puerto de San Felipe para prestar a los colonos los ausilios que puedan necesitar i pata hacer reconocimientos i levantar planos de la costa. El Gobierno, en fin, no ha perdonado medio de obtener un resultado favorable en la empresa.

En los poco meses que la colonia cuenta, ha tenido ocasion de prestar ausilios oportunos a los navegantes que cruzan por aquellos remotos mares.

Víveres, embarcaciones i tropa para defender los efectos náufragos de la rapacidad de los salvajes, se han proporcionado a buques de diferentes naciones i se han dado instrucciones mui especiales al Gobernador acerca de la hospitalidad cordial i franca que debe conceder siempre a los estranjeros que arriben al establecimiento.

Hablándose de la colonizacion del Estrecho, es de justicia hacer un alto elojio del hábil i celoso Intendente de la provincia de Chiloé sobre quien el Gobierno ha hecho recaer con entera confianza todo el peso de los trabajos que ha requerido la empresa.

Guardia cívica

En cuanto a la guardia cívica, una de las mas bellas intituciones de los tiempos modernos que hemos podido alimentar, i sobre la que el Congreso así como el Gobierno echa sin duda miradas de interes, debo decir en gran parte lo que poco ha espuse hablando del ejército permanente. Ella continúa prestando sus servicios con regularidad i celo que le han granjeado tan justos títulos a la gratitud nacional, así en la guarnicion de las poblaciones i seguridad de los campos, como en las custodias de las cárceles i los demas asuntos de diversos jéneros en que se invoca con frecuencia su ausilio.

Su disciplina se conserva en el pié de lucimiento que tiene acreditado en varios lances de guerra; la administracion de sus fondos, desarreglada en algunos hogares, se somete a frecuentes revistas de inspeccion i van desapareciendo gradualmente las exacciones i gabelas con que se acostumbraba, no muchos años ha, reagravar la pension impuesta por la lei a los que sirven en aquella gratuita ocupacion.

A mas de la brigada de artillería, dos batallones de infantería i cincuenta i seis escuadrones de caballería mandados formar durante el período que di cuenta en mi anterior Memoria, se ha decretado la organizacion de una compañía de artillería en la frontera del sur, dos batallones de infantería i un escuadron de caballería en la provincia de Chiloé, i en las de Coquimbo, Talca, Maule i Concepcion once Rejimientos de caballería que componen entre todos treinta i nueve escuadrones.

Segun los últimos estados que el Gobierno ha recibido, la guardia cívica consta en el día de 926 hombres de artillería, 24,171 de infantería i 23,141 de caballería que forman un total de 48,238 hombres.

La República tiene en ella la matriz de un gran ejército, muchos i mui preparados elementos para una defensa jeneral i vigorosa, i un principio de poder militar que contribuye no poco a darle seguridad i prestijio.

Tan importante institucion, sin embargo, se resiente del desarreglo en que yacen otros muchos ramos de la administracion, no porque en ello tengan culpa los jefes i demas individuos llamados al servicio, los cuales están por lo comun animados de todo el celo que se podria esperar, ni tampoco por desatencion del Gobierno que, cercado de urjentes i perentorias atenciones, no puede poner el hombro como quisiera a la trascendental empresa de reformar la guardia cívica, sino por causas anteriores que obran desde la primera época de su creacion en Chile. En efecto, esa inmensa masa de batallones i escuadrones ha sido organizada sin tener a la vista un plan, sin un propósito claro i conocido, sin comprenderse talvez el espíritu de la institucion.

Decretos parciales dictados en diferentes tiempos i por diversos mandatarios, que no estaban seguramente de acuerdo con sus principios políticos, es todo lo que hai en materia de guardia cívica, i bien debe conocer el Congreso que con este sistema no se puede llegar a resultados satisfactorios. De aquí es que en la guardia cívica todo es eventual i arbitrario: la creacion de los cuerpos no tiene por base fija la poblacion sino que depende de la voluntad del Gobierno que los establece en este o aquel lugar a medida que se ofrece la oportunidad de decretarlo; tampoco está determinado el número de plazas de que debe constar cada cuerpo, ni hai regla para llamar a los ciudadanos al servicio ni término señalado para