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CÁMARA DE DIPUTADOS

de valores chilenos, i debió guardar para reunir la suma requerida. En este año se presenta una cantidad mayor, efecto de la acumulacion de los anteriores ahorros, i por eso el señor Renjifo ha indicado ahora la necesidad de ponerla en circulacion, miéntras se le da un destino definitivo, ya sea en la formacion de un Banco, en la construccion de almacenes o en la realizacion de otras obras públicas.

Para dar a réditos los fundos de la Tesorería, se necesitaba una autorizacion de la Lejislatura, i esta autorizacion no tenia objeto cuando sólo habia veinte o treinta mil pesos en cajas.

Creo suficiente lo que precede, para dar a cada uno lo que le pertenece, i evitar que se haga al señor Renjifo un cargo con lo mismo que él hace para no merecer ninguno.

Aunque sorprendido de las crueles cuanto injustas inculpaciones que un articulista dirije tambien al señor Renjifo, hecho el blanco de un encono mal disfrazado, careciendo de datos para contestarle, dejo en esta ciudad a quien podrá hacerlo de un modo convincente i victoríoso. —Antonio J. Vial.


Núm. 353[1]

SS.EE. de El Progreso:

Cuando apareció en el número 609 de su apreciable diario un artículo editorial recomendando la autorizacion solicitada por el Gobierno para dar los sobrantes en arcas a interes de un 8% me apresuré a demostrar por la prensa los inconvenientes de esta medida; con el fin de ilustrar la cuestion mediante la discusion periodística, para cuando llegasen los debates parlamentarios, sobre esa cuestion a mi ver mui importante.

Como el Gobierno al proyectar el dar circulacion a los sobrantes, se proponía favorecer la industria volviéndole un elemento indispensable, creí imposible hacer concebir, buscando el oríjen de la crisis económica que hoi se presenta en Chile; las causas que la habian motivado, para descender luego a probar que el medio propuesto era inconducente a remover un mal, que diga lo que quiera El Progreso, el Gobierno debió haber previsto i evitado en tiempo. Nadie puede obligar a un Ministro a conservar su cartera, pero miéntras retenga su empleo la nacion i cada uno de los ciudadanos tiene derecho para exijir que ese Ministro haga el bien del pais. Es con este fin i haciendo uso del derecho que creo tenemos en Chile de manifestar nuestras opiniones por la prensa, que toqué algunos hechos administrativos que concernían al Ministro de Hacienda, como que de él nacia la nueva medida proyectada. Razon debí tener en el modo de ver esta cuestion, puesto, que toda la influencia del Gobierno apénas bastó para que obtuviese la mayoría de un voto en la Cámara de Diputados.

Añadiré que yo esperaba la discusion de principios, acre si se quiere, pero franca i leal; me figuraba que un sistema de hacienda seguido por tantos años con teson, por errado que fuese, debia basarse sobre algo mas que la presuntuosa incapacidad; pero estaba mui léjos de creer que a falta de razones se echase mano de ridicula palabrería; nunca creí que un insulto personal, grosero i gratuito se creyese bastante argumento, para sacar airoso un Ministro acusado de sus actos administrativos, ante la opinión pública. ¿No tenian otras armas con que batirse los amigos del señor Renjifo? ¿personalidades i bajezas vulgares es lo único que encuentran para entrar en la polémica de principios económicos? Podéis seguir, señores, el plan de defensa que os habéis propuesto yo no os acompañaré en él.

Al censurar la marcha administrativa del señor Ministro de Hacienda, yo como ciudadano cumplí con un deber que me dictaba mi conciencia; vosotros habrías cumplido con el vuestro probando que no tenia razon, pero sin alterar el sentido de mis asertos. Para mí, un Ministro no es mas que la representacion de un principio político, administrativo o económico; sus actos están bajo el dominio de la opinion pública; así lo entiende Guizot i Thiers, Rousel i Peel; si nuestros ministros o sus amigos lo entienden de otro modo, ellos sabran por qué.

Cuando hice arrancar el estado de crisis en que nos encontramos de la influencia que habia tenido nuestra emancipacion política en las costumbres, no dije jamas que la nacion chilena dilapidase en el lujo sus capitales, he dicho solamente que conoció nuevos goces i que buscó en la industria i en la laboriosidad los medios de satisfacerlos; bajo este punto de vista. Chile es digno de admiracion i respeto i no de mofa i burla; necesitaba un Ministro que supiese aprovechar el ardor i constancia con que se dedicó al trabajo, para hacerlo prosperar i no un tutor con que le pretende regalar El Progreso. Las tendencias que tomaba la sociedad eran industriosas i no de "contraer deudas" como lo dice el mismo diario. ¿Se atreverá a negar, el redactor del artículo que me ocupa, que un pais que se entrega con ardor al trabajo prosperará si encuentra la industria a que se dedique libre de los obstáculos que pudieran hacerla improductiva i perniciosa? Si la industria rural, la mas jeneral en Chile, está injusta i desigualmente grabada con impuestos ¿por qué estraña El Progreso que apuntemos como una proteccion, el repartir con equidad i justicia las cargas públicas? Si no tenemos caminos, puentes ni calzadas

  1. Este articulo ha sido tomado de El Mercurio de Valparaiso del 20 de Noviembre de 1844, núm. 4986. —(Nota del Recopilador.)