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SESION EN 1.° DE OCTUBRE DE 1845

vijente sobre marina; mas bien, la casi absoluta anarquía de cuanto tiene relacion con ella.

Echar las bases de su organizacion ha sido uno de los cuidados que ha tenido el Gobierno en el tiempo de que estoi dando cuenta; mas, como éste es un ramo especial, desconocido en sus pormenores, en que ni siquiera se han recojido de antemano noticias acerca de los vicios i de los inconvenientes que se hacen sentir, el trabajo es por su naturaleza lento i difícil.

Entre los trabajos preparados, creo poder presentar completo ántes que otros, un reglamento para el servicio de las capitanías de puerto en que se determinará con la precision que sea dable, las atribuciones anexas a los que desempeñan aquellos destinos i las relaciones que deben mantener con la Comandancia Jeneral del departamento.

Pende en el Congreso el proyecto de lei que le sometió el Presidente de la República en el período pasado, con el objeto de establecer nó a la ventura, como se ha hecho hasta aquí, sino en fuerza de graves i bien meditadas reflexiones, el pié de escuadra que debe mantener la República.

En mis anteriores Memorias he procurado dar prolijas i completas noticias sobre la materia que hibiliten a la lejislatura para resolver con acierto aquella cuestion a que el Gobierno atribuye mucha importancia.

Desde entónces acá he tenido ocasion de corroborar cada dia la conviccion en que estoi de la urjente necesidad de despachar aquel proyecto de lei en la misma forma en que fué concebido por el Gobierno i oportunamente pasaré documentos que hagan sentir al Congreso esa necesidad imperiosa de que estoi hablando.

No se ha ofrecido dificultad para acordar la compra de los buques menores que han de formar en lo sucesivo la escuadra; pero algunos miembros del Congreso no se muestran todavía penetrados de la conveniencia de mantener un vapor.

Sin embargo, la esperiencia diaria pone al Gobierno en el caso de reiterar de nuevo al Congreso, que sin un buque de aquel jénero, el servicio público no puede ser atendido en aquellos casos, principalmente en que la gravedad del asunto i la urjencia de las circunstancias requiere mayor celeridad en las operaciones gubernativas.

Los buques menores son aparentes para las comisiones ordinarias del servicio; mas para los negocios en que toman parte la diplomacia, en aquellos que interesan mas de lleno el honor i seguridad de la República, tales buques son de todo punto insuficientes; i por mas listos que se procure siempre tenerlos, jamás se lograria la exactitud, la presteza i la respetabilidad que sólo el vapor puede prometernos.

Las estaciones navales estranjeras i la empresa particular de paquetes establecida en el litoral del Pacífico, han resuelto ya el problema que pudo estar indeciso algun tiempo sobre la posibilidad de mantener vapores en estas costas.

Una vez demostrada esa posibilidad, el Gobierno de la República ha debido procurar que se monten sus fuerzas marítimas sobre el pié mas ventajoso i es de esperarse que el Congreso quiera secundar sus miras aprobando, tan pronto como le sea posible, el proyecto de lei que le está sometido.

Los cálculos del costo del vapor que acompañé en mi anterior memoria, manifiestan que tan léjos de ser aquella pieza onerosa a las arcas públicas, proporciona notable economía sobre un buque de vela de igual fuerza; i por lo que respecta a los elementos que el buque debe llevar consigo, el Gobierno ha tomado las providencias convenientes para que no falten, desde el momento que se cuente con la aquiescencia de las Cámaras al proyecto sobredicho.

La necesidad de una escuela náutica se hacia sentir ya de un modo mui notable. Las naves de guerra no tienen el número de tenientes i guardia-marinas de su dotacion i el servicio no puede hacerse con la exactitud que exijen las ordenanzas navales. Igual necesidad se esperimenta en la marina mercante de pilotos instruidos a quienes pueda confiarse alguna espedicion marítima. El Gobierno ha creido que no debia demorar por mas tiempo el establecimiento de la escuela, i no sin vencer muchas dificultades ha logrado plantar en Valparaiso una que contiene el número competente de alumnos internos para la marina de guerra i admite alumnos estermos para educar a los que han de dedicarse a la mercante. Levando la economía hasta la exajeracion, se ha dispuesto que los internos formen parte de la tripulacion de dotacion en los buques del Estado, suprimiendo en ellos tantas plazas de marineros, cuantos educandos tiene el establecimiento. Con todo, reconoce el Gobierno que todas las providencias dictadas sobre el particular, no hacen a la escuela tan capaz como lo exije la estension de nuestro comercio i el ensanche que se espera dar a la marina de la República; se propone pues establecer en Chiloé otra escuela de pilotos aprovechando así las felices disposiciones de aquellos hibitantes i las ventajas especiales del archipiélago.

El Gobierno se lisonjea de haber tomado en el año que acaba de trascurrir una medida que producirá grandes bienes a dos ricas provincias cuya industria está, hasta cierto punto, estacionada. El puerto Constitucion, en gran manera interesante por ser el punto natural de salida de los productos de Maule i Talca, ha ofrecido inconvenientes i aun peligrosa la navegacion por la barra que lo cierra en su boca. Los diversos proyectos que se han concebido para dejarlo espedito, aparte de su eficiencia, demandan injentes sumas i un trabajo prolongado. Miéntras