▼que acontecen en la guerra, le hace criminal, porque, si sus fuerzas no eran proporcionadas a las enemigas, i él se habia encargado de la salvación de la Patria, no debió esponerlas a una batalla en que seguramente habian de ser sacrificadas sin provecho alguno. Esta es una de las muchas cóntradicciones en que se hace incurrir a don Ramón, porque habiendo asegurado pocos renglones ántes "que, por una atraccion irresistible, por una simpatfa enérjica i poderosa, los hombres independientes, los amigos del comercio i de las luces, los patriotas puros, los militares acreditados en la guerra de la Independencia se habian colocado espontáneamente en las banderas de la Constitucion, atribuye su derrota a la desproporcion monstruosa entre las fuerzas belijerantes. Contando con todos los elementos que forman el poder i la fuerza, no se concibe cómo pudo efectuarse esa desproporcion por parte de don Ramon, quedando por la otra los ajentes del desórden, de la destruccion i de la debilidad, como son los malhechores notorios, hipócritas consumados, aspirantes a empleos, especuladores ilegales, etc.
No pudiendo el escritor del manifiesto desfigurar la derrota de Lircai, intentó distraer la atención de los lectores, llamándola a la muerte de Tupper i Bell, dando a entender que habia sido ejecutado por una sentencia pronunciada contra todo estranjero. Es la primera noticia que se publica de semejante sentencia, pero es mui singular que solo haya tenido presente el nombre de estos dos para deplorar su fallecimiento, i rio se haya hecho memoria de Elizalde, de Varela, de Prado i otros muchos chilenos que fueron sacrificados por don Ramon. No hai duda que el manifiesto ha sido calculado para engañar estranjeros i no para seducir chilenos que son testigos oculares de los sucesos. ¿I qué le importa a don Ramón el adquirir nombre entre aquéllos? Está ya mui conocido, i los penúltimos párrafos de su folleto acabarán de descubrirle.
"No desmayó, dice, el valor de los constitucionales despues de la derrota. Tampoco desmayaron mis esperanzas; impulsado por ellas me acerqué a la capital a reunirías fuerzas dispersas, a organizar otras, a reanimar a los pueblos i a preparar otra campaña. El espíritu público seguia pronunciado en favor de los vencidos. Así es que pude atravesar casi solo tan larga distancia, sin haber recibido por todas partes mas que señales de aprecio i amor.
Con estas disposiciones no fué imposible, ni se tardó mucho en formar en el Norte un nuevo ejército, que tenia en sí todos los elementos del triunfo. Llamábalo con ánsia la capital, donde habia replegado su rapacidad i protervia el Gobierno usurpador. Pero la Divina Providencia paralizó todos mis movimientos condenándome a ser víctima de una dolorosa enfermedad. Ella me impidió correr a las filas de los valientes; ella me estorbó tomar las precauciones necesarias a mi seguridad; fui sorprendido, preso i desterrado. El ejército cedió a tanta contrariedad. Capituló creyendo que tenia que hacer con militares de honor; el éxito de la capitulación le hizo ver lo contrario "
Todos saben que despues de esa derrota no ha habido en Chile el mas pequeño movimiento en favor de los vencidos; que don Ramon huyó en los movimientos de la acción con unos cuantos amigos suyos por caminos estraviados; que se separó de ellos miéntras se hallaban dormidos en Santa Cruz, i que no se supo de su existencia hasta que fué sorprendido en su escondite. En la larga distancia que atravesó, no se dio á conocer a nadie, porque no le permitía el temor de ser aprehendido. Es falso que se hubiese dado alguna disposición para formar otro ejército en el Norte. Lo que hubo allí fué una partida de fujitivos de Lircai conducidos por Viel, i entregados al jeneral Aldunate, bajo un tratado que el Gobierno Supremo no pudo ni debió aprobar. Era preciso cerrar el manifiesto con la mayor de las mentiras, i por eso da el nombre de nuevo ejército que tenia en sí todos los elementos del triutifo a ese grupo de escapados que ya nada podian, i que se entregaron muchos ántes de la prision de don Rainon, de quien ni siquiera oyeron hablar desde que los abandonó en Lircai hasta que fué desterrado.
Estos son los hechos principales que contiene el manifiesto. ¿Podrán por ellos conocer las Naciones americanas, por qué ha desaparecido don ▼Ramón Freire de la Nacion? Nosotros le ayudaremos a que consiga su objeto, dando las razones de su justo estrañamiento.
Hasta el 16 de Diciembre en que se firmó i ratificó el tratado de Ochagavia, don Ramon Freire habia manifestado una constante adhesion a la causa de los pueblos, sin dar ningún indicio de sus aspiraciones secretas; mas, al dia siguiente, se apareció al campamento del jeneral Prieto a solicitar que se agregase al artículo 8.° una esplicacion, de que no quedaban suspendidas las autoridades locales, sino solo las jenerales. Semejante pretensión no indicaba la mejor fé, porque estando convencido don Ramon, según se habia esplicado muchas veces, que dejando subsistir esos funcionarios, se entregaba a los seudo-constitucionales la llave de toda la revolucion, porque quedaban abiertas todas las vias a los fraudes i maniobras con que se habian apoderado de todas las elecciones, era imposible creerle que procedía con sinceridad. No fué infundada esta sospecha, porque inmediatamente que se hizo cargo del ejército, entró en el empeño de separar al jeneral ▼Prieto del mando de la division, i en el de sustraerse de la obediencia de la Junta Gubernativa. Quería quedar independiente de todo Gobierno, a pretesto de que era humillante a un capitan jeneral la sujecion a una autoridad provincial. Sus providencias eran dirijidas a desorganizar la división del Sur,