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CONGRESO NACIONAL

sados en su emancipación, debe ser satisfactoria para S. E., i yo faltaría a mis deberes si no significara a US. la mocion i sentimientos de este pueblo que, dándose la enhorabuena por la tranquilidad que espera mediante ese paso digno del sistema bienhechor del Jefe Supremo de la Nacion, cree formada su felicidad. Para aumentar el entusiasmo, determiné se publicara por bando la decisión de S. E., i tengo la honra de comunicarlo a US. en contestación.

Dios guarde a US. muchos años. —Valparaíso, Julio 26 de 1824. —José Ignacio Zenteno. —Señor Ministro de Estado en el departamento de Gobierno.


Por no mezclar en el parte de la jura sucesos i pasajes que en cierto modo se oponen al detalle satisfactorio que se hace en aquella pieza, he creído oportuno instruir a US. por separado de un acontecimiento que, aunque me es bastante sensible, pero por otra parte inevitable, a fin de precaver cualquiera sorpresa, el caso ha sido el siguiente:

No pudíendo yo, por mi solo, desempeñar la multitud de atenciones que demandaban los actos de la jura, encargué a don José Bordalí tuviese preparadas unas luces para depositar el Código de la Constitución en la Sala Consistorial; él se hizo cargo de este corto servicio; me protestó desempeñarlo con exactitud, i descansando yo en la confianza, marché en el paseo a traer la Constitución. A la vuelta, estando todo el Cabildo con el estandarte nacional, i un numeroso vecindario agolpados a la puerta de la sala, i siendo ya de noche, nos encontramos sin una sola luz, ni ménos un candelero en que ponerla. Dígnese US. detener por un momento su superior consideración i reflexionar cuál seria mi escandescencia e indignación al ver en aquellos momentos un ultraje tan escandaloso, no solo a mis órdenes, sino también una burla pública al sagrado Código que se iba a jurar, i al estandarte nacional, que estuvo detenido en la calle pública, miéntras por otros arbitrios se suplió la falta. Al momento hago buscar a Bordalí, i reconvenido por ella, me sale contestando que se le habia olvidado. A una respuesta tan apática i chocante, se aumentó mas mi exaltación, i haciéndome perder aquella moderación con que siempre me he comportado, me fué preciso espulsarlo de mi presencia a empujones, porque no estuvo en mi mano evitar el furor de un acto primo.

Yo conozco que me violenté en este caso; pero también sabe US. que en él se necesitaba una alma de nieve para reprimirse. Ahora es en mi noticia que Bordalí ha marchado a esa corte, sin duda a interponer algún recurso contra mí, i si, como creo, se dirije a US., yo espero que su superior justificación se ponga en mi caso i circunstancias, i que, con presencia de la gravedad de ellas, disimule la violencia en que haya incurrido, seguro de que yo solo procedí de aquel modo por no dejar impune la burla que hacia un hombre de tan baja clase como Bordalí, no solo a esta Municipalidad i vecindario, sino también a las mas sagradas insignias de la República. Sobra a US. prudencia para conciliar este suceso de un modo que mi entusiasmo patriótico no quede desairado, i así espero que esta esposicion surtirá en el justificado concepto de US. los efectos que me he propuesto.

Dios guarde a US. muchos. —Quillota, febrero 26 de 1824. —José Santos Olmos. —Señor Gobernador-Intendente del departamento de Santiago.


3

El señor Gobernador-Intendente de esta provincia se ha servido dirijirnos copia del acta celebrada en la capital de Santiago, en la que resolvió el cuerpo lejislativo que el Supremo Director del Estado se encargase esclusivamente de su administración a causa de las insuperables dificultades que ofrecía poner en planta la Constitución sancionada en el último Congreso, suspendiéndola del todo si lo exijiesen las circunstancias; i que S. E. debia convocar a Congreso dentro de tres meses contados desde la suspensión de aquélla, S. E. decretó en su virtud la suspensión i ordenó se comunicase a las provincias.

Entre los sucesos raros de la revolución apénas se presenta uno mas interesante que la abolición de un código que ha tenido el secreto de irritar los ánimos de cuantos le han leido. La capital de Coquimbo, que está en contacto con las demás delegaciones de la Intendencia por relaciones de sangre i de comercio, está persuadida de esta verdad, i cree firmemente que los trasportes de júbilo i regocijo jeneral que ha excitado aquí tan plausible noticia, se reproducirán en los últimos extremos de esta heroica provincia. Un repique jeneral de campanas, música por calles i plazas, vivas i aclamaciones de un inmenso jentío, que por instantes mudaba de acentos para espresar su alegría estraordinaria, han hecho revivir el patriotismo amortiguado, bendecir de nuevo las respetables cenizas de los mártires de la Patria, i dirijir votos al Ser Supremo por la interminable duración de S. E., el Supremo Director, i de los ilustres i sábios Ministros que le aconsejan. Al mismo tiempo que la plebe hacia sus demostraciones de placer i gusto por la cesación de unas leyes que nos obligaron a jurar las circunstancias políticas entonces, la porcion mas electa del vecindario reunida en casa de uno de los señores alcaldes de la Municipalidad aspiraba a la convocacion de un cabildo abierto en donde estas personas i ese inmenso pueblo, que jamas traspasa los límites del órden, bien se vea encorvado con el peso del su