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CONGRESO NACIONAL

dos los decretos que espide, es vilipendiado con grosera chocarrería. Se ataca a los ciudadanos mas honrados i que constituyen la riqueza i respetabilidad del país; se suponen turbulentas facciones que no existen, i nos desacreditan con los estranjeros; se habla del sacerdocio regular i tal vez del secular, como si no fuesen los ministros de nuestro culto i los directores de nuestra moralidad, sino una horda de jitanos seductores i fanáticos. Agraviamos con prevenciones calumniosas a los estranjeros que nos conducen su industria i derraman su sangre por nuestra causa.

No satisfechos con cargarnos de oprobio a nosotros mismos, violamos también los respetos i el derecho de las jentes mas sagradas. Al Nuncio Apostólico i Plenipotenciario del Soberano Pontífice se le ha injuriado con imputaciones que, para no quedar responsables a la indignación de las naciones, será preciso asilarnos de nuestra ignorancia. ¿Y qué somos nosotros i con qué im- prudencia nos arrojamos a hacer imputaciones i declararnos enemigos de las primeras naciones de Europa, que jamas se han pronunciado contra la América de un modo público u hostil? ¿Es a Chile a quien corresponde i en cuyos papeles públicos pueda tolerarse que se insulte i acrimine a los hombres grandes que han salvado la América o la han constituido independiente? ¿Debemos por medio de la imprenta ser el órgano para delatar al Universo los crímenes de lesa nación que se imputan en Buenos Aires a sus mas ilustres ciudadanos, i presentarlos en una lista como criminales de primer orden? Aun cuando esto no sea una calumnia, ¿no bastaría instruir de los hechos a nuestros majistrados?.

Si todo esto se ha de tolerar bajo la salvaguardia de libertad de imprenta ¡infeliz el país que solo hace uso de este derecho para el cinismo mas odioso i atrevido! infelices los habitantes que, esponiéndose a perder tanto en el odio de las naciones i de los héroes, se ven comprometidos por escritores que tal vez nada tienen que perder en el descrédito ¡ruina política i moral del Estado! Entretanto, el Senado Lejislador i Conservador de la moralidad pública de Chile, asegura al Universo que tales producciones son desaprobadas i miradas con horror, no solamente por los majistrados i porcion honesta de la Nación, sino jeneralmente por cuanto ella comprende.

Probablemente serán tambien insultadas estas reclamaciones del Senado i, tolerándolo Vuestra Soberanía, llegará su vez en que sufra iguales insultos con escándalo i aun desprecio de la Nacion, que al fin se acostumbrará a no mirar en sus majistrados, i en cuanto tiene de respetable el órden político, sino unos arlequines destinados a la irrisión i al desprecio.

Santiago i Noviembre 22 de 1824.— Fernando Errázuriz.— Agustín de Eyzaguirre.— Juan Egaña.— Joaquín Prieto.— José Antonio Ovalle.— Diego Antonio Elizondo.— José Tomás de Ovalle.— Dr. Gabriel Ocampo, secretario.


Num. 37 [1]

Tengo el honor de acompañar a US. los testimonios del acta de la jura de la Constitucion política del Estado, que hasta aquí han dirijido los delegados de este departamento i los jueces de comision de los suburbios de esta capital, que US. me pide por su honorable nota de ayer, i aunque faltan algunos, los delegados han oficiado a este Gobierno de que luego los dirijirán, en virtud de habérseles reconvenido i así que lleguen se pondrán en manos de US.

Ofrezco a US. los sentimientos de mi mayor consideracion i aprecio.— Intendencia Jeneral, Santiago, Marzo 4 de 1824.— Francisco de la Lastra.— Señor Ministro de Estado en el departamento de Gobierno.


Núm. 38

Adjunto a US. el acta en testimonio del acto que, con la mayor solemnidad i magnificencia se ha practicado, correspondiendo así al deber de su asunto. Aseguro a US. en medio del mayor placer el contento con que este digno vecindario ha manifestado sus sentimientos patrios. Aun no eran reconvenidos al juramento consabido, cuando violentos se espresaron en él con alta voz diciendo: ¡Viva la Patria! ¡Viva la libertad! ¡Vivan los heróes que exaltados en el teatro de un Congreso Nacional dieron a luz la grande obra de la Constitucion! ¡Viva en fin nuestro inmortal Director! A consecuencia de este manifiesto i en celebridad del mismo acto, continuó una salva triple de cohetes i repique de campanas. Hubieron tres noches de fuegos e iluminación, i recibieron los demás homenajes que pudo proporcionar esta provincia. Ultimamente dióse fin a la obra con una misa de gracias, que solemnemente se celebró en obsequio de la primera autoridad i la Nacion; con lo que satisfago a las supremas órdenes de US.

Dios guarde a US. muchos años para bien de la Nación chilena, i tenga siempre presente a este su mas súbdito ciudadano que sacrificará todo en su obsequio del mismo modo por su Patria.— Ligua i Enero 23 de 1824.— Manuel Antonio Viancos.— Señor Gobernador-Intendente de Chile.



  1. Incluimos aquí las actas que atestiguan la jura por los pueblos de la Constitucion promulgada en Diciembre de 1823, pues a ellas se refiere el Senado en el mensaje que precede. Por otra parte, los historiadores nacionales que han tratado de esplicarse la supresion del Senado por Freire han tenido a la vista, segun nos parece las actas de rechazo de la Constitucion, formadas a posteriori i no las de su aceptacion.(Nota del Recopilador.)