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SESION DE 24 DE NOVIEMBRE DE 1824

sus respectivos diputados i tenientes celadores, con asistencia del párroco de la doctrina, se publicó i juró por los mismos la referida Constitucion con el juramento que en ella misma se contiene en el artículo doscientos setenta i siete, último. En seguida se celebró en la iglesia parroquial una misa cantada con toda solemnidad i pompa, i el párroco pronunció un discurso fervoroso, exortando a sus fieles al obedecimiento i puntual obediencia de la misma ConstituciOn, la que fué recibida con muchas aclamaciones i aplausos de todo el lugar, en el que se han hecho dos noches consecutivas de fuegos e iluminaciones en celebridad de este acto; i para que conste lo pongo por dilijencia en Renca, en el mismo dia, mes i año, de que doi fe.— Miguel de Prado.

Concuerda con su orijinal que queda en el archivo de mi cargo, i para que conste doi la presente, por órden del señor Gobernador-Intendente, en Renca a veintiséis dias del mes de Enero de mil ochocientos veinticuatro años.— Miguel de Prado.


Núm. 59

De todos cuantos actos a presencia del pueblo de Aconcagua, desde los aciagos tiempos de la dominacion española hasta nuestros dias, ninguno le ha sido mas augusto ni mas importante que el de la publicacion i jura de la sabia Constitucion Política del Estado de Chile, decretada i sancionada por el Soberano Congreso de la Nacion, hecha en 14 del presente mes. La jeneracion presente tendrá oportunidad de apreciar las ventajas que ha de producir su permanencia, i S. E., el Supremo Director, se lisonjeará al presentir que la posteridad contemplará tambien embelesada el cuadro de la sabiduria que manifiesta nuestra Constitucion, formada por la discusion i talentos de los respectivos diputados remitidos al Congreso por los pueblos del Estado de Chile.

El acta que, en testimonio, tengo el honor de acompañar, dará a US. una idea de que se ha cumplido cuanto se previene en la instruccion para la promulgacion i jura de la Constitucion.

A la aurora del dia 13 del presente mes hubieron salvas, repique jeneral de campanas i se cubrió todo el pueblo con mas de ochocientas banderas nacionales, significándose con su placentera seña que aquel dia era la víspera del feliz en que ha de jurarse la Constitucion. A las cuatro de la tarde se formó el paseo a caballo por todas las corporaciones i personas particulares i se cumplió lo prevenido por el artículo 2° de la instruccion, con toda aquella decencia i aplauso que manifestó el público, salvas de fusilería i repiques de campanas, dejando depositados la Constitucion i el estandarte en la sala consistorial, bajo la custodia de un capitan i cincuenta soldados de infantería. En la noche de este dia, se iluminó toda la ciudad, a competencia unas casas con otras, se hicieron primorosos fuegos artificiales trabajados con la mejor disposición, i al pueblo concurrente solo se le oia respirar la voz de ¡Viva la Constitucion!

A las siete de la mañana del siguiente dia 14, asistieron a la casa consistorial todas las corporaciones i personas particulares, desde donde se sacó la Constitucion i estandarte en forma de paseo i se dirijió al tablado, i luego subieron a él los reyes de armas que lo fueron el comandante del batallon de infantería número 12, sarjento mayor de ejército don Martín Prast i el de caballería numero 6, don Miguel Aldunate, quienes prorrumpieron en altas voces las palabras prevenidas en el artículo 3.° de la instruccion, presidiendo al principio i fin de cada acto una descarga dobie de fusilería. Acto continuo leyó el secretario de Cabildo i ciudadano Juan Silva, la Constitucion, i concluida la lectura subí i presté el juramento de la Constitución en los términos espresados al artículo 5.° de la instruccion, ejecutando lo mismo los funcionarios civiles, militares i eclesiásticos. Concluido este acto, se repartieron las medallas, se votó dinero al público i se hicieron siete descargas continuas de fusilería. Luego pasé con toda la distinguida comitiva de la sala consistorial a dejar el estandarte i Constitucion por en medio de un tropel inmenso de personas que impedian el paso, i convidé a mi habitacion para manifestar mi complacencia por medio de mis arengas. En la noche de este mismo dia, despues de iluminada la ciudad i plaza con la mejor simetría, se repitieron los fuegos artificiales, precediendo grandes descargas de fusilería, repiques en todas las iglesias, paseo de tambores, tocando diana en las calles, hasta la una de la mañana, en que concluyó la celebridad de este gran dia.

Al siguiente dia 15, me dirijí con el mismo acompañamiento a la iglesia de Santo Domingo, en la que se celebró con la mayor solemnidad (nunca vista en el pueblo) la misa de accion de gracias, por las bondades que el Árbitro del destino de los imperios se ha dignado derramar sobre los que habitan el Estado chileno, i en especial el pueblo de Aconcagua. El orador, todo penetrado del asunto, comunicó su sentimiento al auditorio al referir rápidamente los males de que habia sido presa el Estado, bajo la odiosa dominacion de los satélites del Rei de España; siguió indicando cuánto debia a la Providencia por haberle destinado a la cabeza del Gobierno, a su libertad, el Excmo. Supremo Director, señor don Ramón Freire, i despues de manifestar los beneficios que debia prometernos nuestra sabia Constitucion, concluyó exortando a los ciudadanos a la práctica de todas las virtudes i a la ciega obediencia, defensa i respeto de la Constitucion, terminando la función con un solemne Te Deum e invirtiéndose en ella las correspondientes des