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CARTAS ESCOGIDAS 109

para largo tiempo. El pobre Ripert está todavía en la cama; algunas veces pienso en su mal. ¿Qué diablos tiene? Amo siempre á mi pequeña á pesar de las divinas bellezas de su hermano. Adiós, mi querida hija, yo abrazo á vuestro conde, y le amo todavía más en su habilación que en la vuestra. ¡ Ah, qué alegría de veros vuestro hermoso talle en salud, en estado deir y trotar como otra cualquiera ! Dadme el placer de volve- ros á ver así.

A LA MISMA Parts, miércoles, 16 marzo de 1672.

Me habláis de mi partida. ¡Ah, hija mia! Yo languidezco eon esta esperanza encantadora; no me detiene nadie más que mi tía (1), que se muere de dolor y de hidropesía : me quiebra el corazón por el estado en que se encuentra y por todo lo que dice tan tierno y tan de buen sentido; su valor, su paciencia, su resignación, todo es admirable. Mr. d'Hacqueville y yo, se- guimos su mal día por día; él ve mi corazón y el dolor que tengo por no estar libre al presente: yo me conduzco según sus consejos. Veremos de aquí á Pascuas si su mal aumenta, como ha sucedido desde que estoy aquí; morirá en nuestros brazos; si ella recibe alguna mejoría y toma el partido de languidecer, partiré en el momento que haya llegado Mr. de Coulanges.

Nuestro pobre abate está desesperado, asi como yo; veremos, pues, cómo esle exceso de mal se portará en el mes de abril : no tengo otro pensamiento en la cabeza. No tendréis vos tanto deseo de verme como yo le tengo de abrazaros. Limitad vues- tra ambición y no creáis jamás poderme igualar en esto.

Mi hijo me dice que son miserables en Alemania y que no saben lo que hacen. Ha estado muy afligido por la muerte del caballero de Grignan. Me preguntáis, mi querida hija, si amo

(1) Enriqueta de Conlanges, marquesa de la Trousse,