140 MADAMA DE SEVIGNÉ
en el mundo ; he aquí lo que me es necesario, para consolarme de vuestra ausencia, de la cual siento la amargura á través de todo mi amor iaternal.
De Raborin CHaNnTAL.
A MADAME DE GRIGNAN
Lambesc, martes 20 de diciembre de 1672,
Á las diez de la mañana.
Cuando se cuenía sin la Proridencia, es preciso contar dos veces. Estaba completamente vestida á las ocho ; había tomado mi café, oído misa, todas las despedidas hechas, los fardos cargados, las campanillas de las mulas me hacían recordar que cra preciso montar en la litera ; mi habitación estaba llena ' de gente, se me rogaba que no partiera, porque desde lace algunos días llueve mucho y desde ayer continuamente y aun en este momento más que lo ordinario. Yo resistía atrevida= mente á todos estos discursos haciendo honor á la resolución : que había lomado y á todo lo que os decía ayer por el correo, asegurándoos que llegaria el jueves; cuando de repente Mr. de Grignan me ha hablado tan seriamente de la temeridad de mi empresa, diciendo que mi muletero no seguiría mi litera, que . mis mulos caerian á los barrancos, que mis gentes estarian mo- - jadas y no podrían socorrerme, que en un momento he cam» : biado de opinión y he cedido enteramente á sus prudentes» advertencias. Así, hija mía, baúies que se vuelven á entrar, > muúlos que se desenganchan, las doncellas y lacayos que se “ecan por haber solamente atravesado el patio y el mensajero - que se os envía conociendo vueslras bondades y vuestras in-: quietudes y queriendo así apaciguar las mías, porque estoy: con cuidado por vuestra salud, y este hombre, ó volverá á traer-: nos noticias vuestras, ó no encontrará los caminos. En uni» palabra, mi querida hija, llegará ú Grignan el jueves, on vez:
