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CARTAS ESCOGIDAS 187

dado por mi: voy á ensayar un poco el no ser servida tan é mi gusto y estar algo en la soledad. Me gustaría conocer lz docilidad de mi espíritu y seguir los ejemplos de valor y de ra- zón que vos me dais. Mad. de Coulanges, ¿no hará también maravillas de aburrimiento en Lyon? Sería una gran cosa que yo no supiese vivir más que con las gentes que me son agra= dables : me acordaré de vuestros sermones; me divertiré en pagar mis deudas y en comerme mis provisiones; pensaré mucho en vos, querida mía; lecré, pasearé, escribiré cartas vuestras. ¡ Ah, la vida se pasa demasiado pronto, se gasta en todo! Llevo una infinidad de remedios buenos ó malos; yo los amo todos, pero sobre todo no hay uno que no tenga su pa- trón y que no sea la medicina de mis vecinos : espero que esta bolica me será muy inútil, pues me encuentro extremadamente bien. Anteayer fuí sola á Livry á pasearme deliciosamente con la luna; no hacía relente; estuve allí desde las seis de la tarde hasta media noche y me he encontrado muy bien con esta pe- queña escapatoria. Yo debía ya esla pequeña atención á la bella Diana y ála amable Abadía. No ha consistido más que en mí el no ir á Chantilly en muy buena compañía; pero ho me he encontrado bastante libre para hacer un viaje tan delicioso : esto será para la primavera que viene. He estado hace poco en casa de Mignard para ver el retrato de Louvigny; está ha- blando, pero no he visto á Mignard; estaba retratando á Mad. de Fontevrault, la cual he visto por el agujero de la puerta. No la he encontrado bonita. El abate Tétu estaba cerca de ella en un encantador diálogo : los Villars estaban con- migo al agujero : estábamos de broma.

El Principe que ha hecho levantar el sitio de d'Haguenau está un poco admirado de verse á la defensiva y de retroceder y atrincherarse hacia Schelestadt; la gota y el mes de octubre no disiminuirán su mal humor. Por mi parte, yo llevo siempre la inquietud de mi hijo; me parece que voy á tener la cabeza en un saco durante diez ó doce dias, y comprenderéis bien que sin buenas razones no dejaría yo París en estos tiempos de noticias. Saint-Thou había soñado la víspera de ser muerto,