CARTAS ESCOGIDAS 241
viene á menudo á mi imaginación, y yo digo que comienzo á ahogarme aquí á fin de que se apruebe mi viaje. Adiós, mi muy amable y mi muy amada; me rogáis que os ame : ¡Ah! .y verdaderamente, bien lo deseo. No podrá decirse nunca que y yo os niego algo.
Dona
Á LA MISMA París, miércoles 5 de agosto de 1676.
Quiero comenzar hoy por mi salud : estoy muy bien, querida hija; he visto al bueno de Lorme á su vuella de Maisons. . Me ha reñido por no haber estado en Bourbón ; pero es una insignificancia, pues él confiesa que para beber, Vichy es tan bueno ó mejor, y sí es para sudar, dice que he sudado hasta el exceso. Así es que no he cambiado de opinión acerca de la
- . elección que he hecho.
Entre tanto Aire se ha tomado. Mi hijo me hace mil elogios ¡ del conde de Vaux que se ha enconlrado el primero por todas partes; pero denigra mucho á los sitiados que han dejado 3 tomar en una noche el camino cubierto, la contra escarpa, “spasar el foso lleno de agua y tomar las obras exteriores de ¡defensa que puedan verse; y que en fin, se han rendido el último dia del mes sin que nadie haya combatido. Se han - asustado de tal modo de nuestro cañón, que los nervios de la «espalda que sirven para volverse y los que hacen moyer las ipiernas para huir, no han podido ser detenidos por la volun- stad de adquirir gloria, y ved aquí lo que hace que nosotros to- memos las ciudades. Á Mr. de Louvois es á quien corresponde
- stodo el honor, tiene plenos poderes y hace ayanzar y relro-
ceder los ejércitos según le conviene. Mientras que todo esto “pasaba, había iluminación en Versalles que anunciaba la vic- coria : fué el sábado, aunque se haya dicho lo contrario; se wueden celebrar las fiestas y las óperas: seguramente la «elicidad del Rey, unida á la capacidad de los que tienen el ¿nonor de servirle, cumplirá siempre lo que hayan prometido.
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