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276 MADAMA DE SEVIGNÉ

viernes, en Pomponne, Mr. de Chaulnes, Caumartin y yo. Le encontramos, así como á las damas, que nos recibieron muy alegremente. Se habló toda la tarde, se jugó al ajedrez. ¡ Ah! qué juego se le preparaba en Saint-Germain! Fué allá al día siguiente por la mañana, por que un correo le esperaba; de suerte que Mr. Colbert que creía encontrarle el sábado á la hora ordinaria, sabiendo que habla ido derecho á Saint-Ger- main, volvió sobre sus pasos y pensó reventar sus caballos.

Nosotros no partimos de Pomponne hasta después de comer; dejamos allí las damas, y Mad. de Vins me encargó mil re- cuerdos para vos. Era preciso, pues, comunicaros esta triste vueva. Un ayuda de cámara de Mr. de Pomponne que llegó el Jomingo á las nueve á la habitación de Mad. de Vins, fué quien se encargó de hacerlo. Era una marcha extraordinaria la de este hom'.re, y estaba tan excesivamente cambiado, que Mad. de Vins creyó que venía á anunciarle la muerte de Mr.de Pormponne.

De suerte, que cuando supo que no estaba más que desti- tuído, respiró. Pero sintió su mal cuando se hubo repuesto, y fué á decírselo é su hermana. Ambas partieron al instante de- jando todos sus hijos bañados en lágrimas y agobiadas de do- lor; llegaron á París á las dos de la tarde. Ya podéis represen- taros su entrevista con Mr. de Pompomne y lo que sintieron al verse en tan diferente estado del que pensaban estar la víspera, Yo supe esta noticia por el abate de Grignan. Os confieso que me fué derecha al corazón.

Yo iba á su casa por la noche, pues no se les vela en pú- blico y encontré á los tres; Mr. de Pomponne me abrazó sin poder pronunciar una palabra; las damas no pudieron retene: sus lágrimas ni yo las mías; hija mía, vos hubierais vertido las vuestras; aquello era un espectáculo doloroso.

La circunstancia de que acababamos de dejar 4 Pomponne de una manera ten diferente, aumentó nuestra teruura. En fin, no puedo representaros esta situación, La pobre Mad. de Vins, áquien yo había dejado tan buena, no era conocida. Una fiebre pe quince días no la hubiera cambiado más. Me habló de vos